MINAS DE COBRE Y DE COBALTO DE TEXEO (RIOSECO). CONCEJO DE RIOSA. ASTURIAS.



MINAS
DE COBRE Y DE COBALTO DE TEXEO (RIOSECO). CONCEJO DE RIOSA. ASTURIAS. ESPAÑA.

Por José Luis Cabo Sariego



Minas Prehistóricas de Texeo. El Socavón,
 en La Campa Les Mines:


  Foto: José Luis Cabo Sariego.



Minas Prehistóricas. El Arrebolleu. Afloramiento y sobrexcavación del filón San Felipe:



    Campa Texeo: Pisos 1º;2º,y 3º.
Por encima La Campa Les Mines: Piso 4º. El Socavón El Arrebolleu. Minas Prehistóricas:

En esta foto podemos ver la casi totalidad de la explotación de las Minas de Texeo-Rioseco (Riosa). En la parte inferior izquierda el Poblado de Rioseco y las instalaciones para el tratamiento del mineral. En la zona intermedia, el canal por donde sube el camino serpenteante, el cual según Dory fue construido en el año 1892 con 52 revueltas y que era por donde bajaba el cable aéreo que transportaba el mineral de cobre y cobalto. En la parte superior, La Campa Texeo (pisos 1º; 2º y 3º) y por encima La Campa Les Mines (piso 4º), con las minas prehistóricas –El Socavón- y El Arrebolleu:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Este dibujo de las minas prehistóricas de Texeo-Rioseco (Riosa), fue publicado en la Revista Minera en 1893. A mi entender, comparándolo con fotografías actuales, lo que se plasma en la parte superior del dibujo, son las labores más antiguas, las de El Arrebolleu - afloramiento y sobrexcavación del filón San Felipe - y no las del Socavón, en La Campa Les Mines, mucho más moderno llevado a cabo por la empresa Metastur (1947-1960), conocido como filón Metastur :

Lámina 5. Revista Minera

El Arrebolleu, afloramiento y sobrexcavación del filón San Felipe:
 Foto: José Luis Cabo Sariego.

El Socavón, en La Campa Les Mines. Según el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, D. Miguel Ángel De Blás, este enorme "trisquel" de huecos mineros  fue publicado, en alguna ocasión, como prehistórico, sin embargo  es de mediados del siglo XX (explotación a cielo abierto del filón Metastur por la empresa del mismo nombre (1947-1960):

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado minero y restos de las instalaciones de transformación del mineral:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

INTRODUCCIÓN.-

 Para comprender mejor la magnitud del descubrimiento de la minas de cobre y de cobalto de Texeo (Rioseco) – Concejo de Riosa -, realizado por el ingeniero belga D. ALEJANDRO VAN STRAALEN en el mes de setiembre de 1888 y
  
Fotografía del ingeniero D. Alejandro Van Straalen, publicada en la "Revista Industria-Minera Asturiana", en un artículo publicado el 16 de diciembre de 1920, como consecuencia de su fallecimiento en su domicilio de Ablaña (Mieres) a la edad de 85 años.


situarlo en su punto justo, contamos con un instrumento de más de ciento veinte años de antigüedad y de extraordinario valor que nos la aclara de forma contundente: la Memoria publicada en Madrid, por un coetáneo suyo, el ingeniero *D. Alfonso Dory -Alphonse Dory y De Villers, nacido en el año 1860 en Moresnet (Belgica)-, en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería -,fechado el 01-01-1893 y publicado, en su primera parte, el 1 de noviembre de 1893 (número 1463) y la segunda, EL 24 de noviembre de 1893 (número 1466), con el título “Las minas antiguas de cobre y cobalto del Aramo”,


Portada Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería (1893):





Asimismo, el ilustre ingeniero, dio a conocer el importante descubrimiento en otro artículo publicado en el año 1894 en la revista belga "Revue Universelle des mines, de la métallurgie, des travaux publics et des arts appliqués a l´industrie": “Les Mines préhistoriques de l´Aramo (Asturies)”. Esta segunda publicación podemos considerarla incluso, más amplia y más completa, ya que aporta nuevos datos que no figuran en la de la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería del año 1893:





    La propia Revista Minera, en un artículo firmado por su director, el profesor de Laboreo de Minas de la Escuela de Ingenieros de Madrid, D. Román Oriol, después de la inspección de las minas realizada en el verano, con fecha 24 de diciembre de 1893, en el número 1469, hace su propia valoración del descubrimiento, calificándolo de excepcional, solamente comparable, aunque en menor escala, a los descubrimientos de Herculano y Pompeya, pero teniendo a su favor la circunstancia de referirse a una época más antigua en la vida de la Humanidad. Lo mismo que ocurrió con la lava del Vesubio, en el Aramo, todo ha contribuido a la perfecta conservación de las labores así como de cuantos esqueletos y herramientas fueron hallados en sus entrañas. En el Vesubio, la lava sorprendió a los habitantes de Pompeya y Herculano, pudiendo verse aún hoy las circunstancias de la vida cotidiana de aquellos romanos, durmiendo, corriendo etc. La lava petrificó la ciudad tal cual estaba, igual que a los ciudadanos.
    Pues bien, en el Aramo, las condiciones propias de la caliza en que yacen los minerales, con muchas comunicaciones con el exterior, su dureza y cohesión y las facilidades que en sus huecos encuentran las aguas y el aire para circular de un modo continuo, han ayudado a conservar a través de los siglos, sin variación, tanto las labores, -a pesar de no existir entibación alguna-, los esqueletos de los mineros, las maderas, las astas y las herramientas de piedra que utilizaban para extraer el mineral.
    Por boca de su Director, los miembros de la Revista Minera, ponen de manifiesto la emoción, admiración y asombro que sintieron al penetrar en la casi totalidad de la explotación descubierta por Van Straalen, al contemplar, por un lado, los resultados obtenidos por aquellos mineros prehistóricos, con los escasos medios de que contaban y por otro, la multitud de huellas que dejan constancia de su paso por las minas: las herramientas de sílex que todavía permanecían junto a la mano que las empuñaba, los esqueletos que, en diversos sitios y diferentes actitudes, atestiguan las extremas condiciones de su trabajo.



    Dory nos describe, de manera profesional, con todo lujo de detalles, la ubicación, el entorno, las características de la explotación, los minerales, los mineros, las técnicas de explotación, los instrumentos de trabajo y de transporte y otra gran multitud de detalles que nos permiten valorar el hallazgo en su justa medida.

  Por otra parte, los trabajos arqueológicos desarrollados en la actualidad por el Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, D. MIGUEL ANGEL DE BLAS CORTINA – con la colaboración del Ingeniero de Minas D. Manuel Suárez -, al contar con muchos más antecedentes, medios técnicos más perfeccionados y la perspectiva del tiempo pasado, corroboran, puntualizan, amplían y mejoran las afirmaciones y conclusiones contenidas en la Memoria del ilustre ingeniero.

PRIMERO.-

ASPECTOS DESTACABLES DE ESTA MEMORIA


    A continuación iremos desgranando cada uno de los aspectos desarrollados por el ingeniero belga en su Memoria.
1º.-UBICACIÓN Y CARACTERISTICAS DEL TERRENO.-
    Ubica la explotación de una manera clara dentro del conjunto de Asturias haciendo una perfecta descripción del entorno donde se encuentra.
“La Sierra del Aramo, en cuya vertiente oriental se encuentran las bocaminas de las explotaciones de que vamos a hablar, es una inmensa silla de caliza carbonífera que separa la cuenca de Mieres y Riosa, a Levante, de la de Quirós, a Poniente.”
Para mayor concreción diremos que las Minas Prehistóricas de Texeo, se encuentra en la vertiente oriental de la Sierra del Aramo, en el extremo sur del Concejo de Riosa, entre los 1.100 y 1200 m. de altitud.
Y sigue diciendo: “La cumbre de esta montaña se eleva a 1680 metros sobre el nivel del mar, y se extiende de Norte a Sur, en una longitud de 10 kilómetros.” -hoy sabemos con exactitud que la altitud de los picos más altos de la Sierra del Aramo oscila entre los 1.791 m. del Gamoniteiro, 1.775 m. del Xistras, los 1.734 m. del Barriscal y los 1.712 m. del Gamonal-
    Haciendo referencia al ingeniero D. Guillermo Schulz, En su obra “Descripción geológica de Asturias” cita los minerales, que con más o menos abundancia se encuentran en la caliza carbonífera:
“El cobre: en estado de cobre gris argentífero, acompañado de carbonatos azules y verdes, en el Aramo”
    Como punto de partida hemos de decir que Dory considera las minas descubiertas como el único ejemplo, quizá, de una explotación de la Edad de Piedra, tan bien conservado; también, sitúa la explotación dentro del conjunto industrial de la Asturias de aquella época y, por último, hace una perfecta descripción del yacimiento de manera metódica y detallada.
    2º.- EL ARAMO Y LA CALIZA CARBONIFERA.-
    Nos dice Dory que, la Sierra del Aramo, en cuya vertiente oriental se encuentran las bocaminas de las explotaciones es una inmensa silla de caliza carbonífera, que separa las cuencas de Mieres y Riosa, al este, y Quirós, al Oeste. La mayor altura de esta Sierra, nos dice, se eleva a 1680 m. sobre el nivel del mar y se extiende de Norte a Sur en una longitud de 10 Km. -hoy sabemos con exactitud que la altitud de los picos más altos de la Sierra del Aramo oscila entre los 1.785 m. del Gamoniteiro, 1.773 m. del Xistras, los 1.734 m. del Barriscal y los 1.712 m. del Gamonal-
    Afirma también que el Aramo es una estribación de la Cordillera Cantábrica sobre la cual vienen a apoyarse la mayoría de las capas de hulla que constituyen la Cuenca de Mieres, las dobla por una sucesión de pliegues y repliegues en una dirección casi de E. a O., cuando su primitiva dirección era de Norte a Sur.
    3º.- DESCRIPCIÓN DE LAS INSTALACIONES Y SU ENTORNO.-

    Describe el aspecto general de las instalaciones situadas a mitad de ladera de la Sierra, pudiendo distinguirse a no mucha distancia las bocaminas de las galerías inclinadas, las cuales están abiertas siguiendo la pendiente de los filones. En el momento de su descubrimiento, estas galerías se comunicaban con el exterior por medio de pozos verticales de sección reducida. Todavía, hoy día, existen muchos de estos pozos de esta naturaleza; algunos se encuentran tapados de forma rudimentaria para evitar posibles accidentes, de personas o del ganado que pasta por la ladera.

    El que se construyeran en las minas primitivas pasos tan estrechos tenía, según Dory, una única finalidad: el evitar la fuga de los obreros, sin duda esclavos; con un solo vigilante en la boca de las chimeneas era suficiente. La propia Revista Minera aclara que una de estas chimeneas fue la causa del descubrimiento de la mina por VAN STRAALEN que, a la sazón, era ingeniero de las cercanas Minas de mercurio de La Soterraña, pertenecientes a Fábrica de Mieres.
    El ingeniero belga sospechaba que alguna de las oquedades que existían en la caliza de esta zona, habían sido realizadas por la mano del hombre por lo que, con varios de sus amigos, inspeccionó la zona. Estaban a punto de desistir en su búsqueda cuando observó que las hojas de un árbol corpulento, lo más probable un haya, - hoy día todavía existen muchos de estos árboles en las inmediaciones de las explotaciones antiguas -, se movían, a pesar de la calma absoluta que reinaba. Al acercarse, descubrió la causa, una chimenea por donde salía con fuerza una columna de aire fresco. Reconocida esta, se encontraron las labores antiguas.
    A pesar de los pocos años transcurridos entre la fecha del descubrimiento y la fecha de publicación de la Memoria (cinco años) Dory, menciona que, en ese breve espacio de tiempo, la transformación producida en la estructura de las entradas había sido muy grande, ya que se habían abierto una serie de bocaminas a media ladera que se comunicaban con las antiguas galerías.
    Dory hace referencia a la enorme paciencia de los mineros primitivos para labrar en el mineral los pilares que sostienen los hastiales en los lugares peligrosos.         El ingeniero se admira de la perfección de algunos de estos pilares y de los arcos rebajados que en ellos se apoyan. Según nos dice, están admirablemente trazados.
    Muestra su asombro por estos mineros de la Edad de Piedra que con, tan escasos medios –martillos y maza de piedra, astas de ciervos, huesos …-, atacaban los filones para la extracción del mineral, “tan duro que hasta podría hacer mella al acero más templado”.
    Otro aspecto que destaca la Memoria es la gran cantidad de herramientas, utensilios caseros o restos de un crisol que aparecieron al ejecutar las labores de explanación para el establecimiento del poblado minero de Rioseco (1892).
    Aunque no tenga del todo una relación directa con el tema que nos ocupa, es interesante hacer referencia a como describe el Sr. Dory, de forma magistral y gráfica el sistema de pastoreo que ya, en aquella época, se desarrollaba en la Sierra del Aramo durante la primavera y el verano y que, en la actualidad (S. XXI), se mantiene de forma idéntica para aprovechar los pastos de montaña, que él califica de excelentes, como consecuencia de la manera en que se forma la capa de tierra vegetal que cubre la ladera de la montaña por encima de la caliza.
    Estas son sus palabras: “Actualmente la arcilla, formada por el légamo (limo, barro) que acarrean las aguas, se ha depositado en las anfractuosidades (irregularidades de la caliza); la tierra vegetal, de excelentes pastos, cubre la caliza desde su base a la cúspide, los habitantes de los valles abandonan desde el principio de primavera al fin del verano los ganados en estas praderas, donde crece en abundancia la hierba larga, fina y olorosa de las grandes altitudes. Al llegar los primeros fríos, los ganaderos bajan de nuevo a los valles, la montaña se cubre con un espeso manto de nieve, que conserva a veces hasta la primavera”. En esta parte de la exposición le sale la vena poética cuando dice: “Al retintín de los cencerros sucede, en el Aramo abandonado, el fragor de la tormenta; el viento del norte barre del el océano hacia las cumbres de la montaña los negros nubarrones que en ella se condensan, y los fulgores del rayo que raja un árbol o hiende la roca iluminando a menudo la cresta de la sierra”
  Asimismo, hace referencia a una de las características más significativas de la Sierra del Aramo: la paisajística. Nos ofrece una panorámica de todo lo que se divisa desde el alto de la Sierra, pasando a describir los distintos valles que conforman las cuencas mineras, la zona central de Asturias, hasta llegar a línea azul del mar. Sin embargo, Dory, como técnico que es, lo hace desde la perspectiva de su profesión, relatando de forma detallada tanto las explotaciones mineras como industriales de la época:
-Valle de Riosa: Minas de hulla del Estado, que  alimentan la célebre Fundición Nacional de Cañones de Trubia, fundada por el General Elorza.
-Valle de Turón: con las instalaciones de Inocencio Fernández; la Sociedad Hulleras de Turón, montadas con los últimos adelantos y debidas a D. Eugenio Bertrand, ingeniero de la Escuela de Lieja.
-Valle de Aller:  Donde Felix Parent, ingeniero de la Escuela Central de París, ha instalado para la  Sociedad Hullera Española: Hornos de cok, lavaderos de hulla, casas para obreros, economatos, iglesias, hospitales  y escuelas, cuyo conjunto y detalles forman un modelo de instalaciones mineras.  A día de hoy, podemos reconocer  en esta descripción que nos hace Dory en 1893, al pueblo  minero de BUSTIELLO, construido al estilo de las colonias textiles catalanas.
-Valle de Naredo: Donde se encuentran las minas de hulla de D. Luis Ocharán, de Bilbao.
-Valle Mieres: Donde, al lado de las minas de D. Julio Bertrand y Compañía, de las de Azogue del Porvenir de Asturias y de la Unión Asturiana, se pueden contemplar las antiguas fábricas de hierro de la Sociedad Fábrica de Mieres (familia francesa Guilhou) dirigida por Jerónimo Ibrán.
-El Valle de Muñón: Con su mina de mineral de Cinabrio (mercurio) y fábrica de arsénico y azogue, dependiente de la Sociedad Fábrica de Mieres y dirigida por el ingeniero Van Straalen.
- La ciudad de Oviedo: cuya notable catedral gótica se destaca en una gran masa oscura.
- Las instalaciones de Arnao: De la Real Compañía Asturiana, para la fabricación del zinc, donde se encuentra una mina submarina con una capa de hulla de ocho metros de espesor.
- Picos de Europa:  Situados al este y de gran altitud - sobre los tres mil metros- , muy ricos en minerales.
- El Mar: Con los puertos de Avilés y Gijón.
    Dory, también hace referencia en su Memoria a otros aspectos del entorno de las minas que dan valor al yacimiento y que él considera interesantes, a saber:

-     La existencia a no más de un kilómetro de la aldea de Llamo de una gran cantidad de escoria que denuncia el empleo de hornos de fundición continua, lo que considera como vestigio de la presencia de los romanos o de los moros.
-     La existencia de un manantial en el flanco de la montaña, con un salto de sesenta metros, que evalúa en un metro cúbico por segundo, manantial que podría ser utilizado.
-     La existencia también, en las cercanías de este manantial de capas de hulla susceptibles de ser explotadas a bajo coste.
Considera que todos estos elementos útiles que se concentran  en el entorno de las minas de Texeo, avalan  para que se emprenda la extracción y el beneficio de las menas de cobre y de cobalto existentes en las mismas.
    
    Reconoce que, teniendo en cuenta las nuevas entradas que se han descubierto en la ladera, aún no reconocidas en aquel momento, junto con el afloramiento de filones y los riñones de óxido negro de cobre casi puro (72 %), que se recogen después de las lluvias torrenciales procedentes de los filones desconocidos en aquella fecha, hacen que las Minas del Aramo tengan una riqueza considerable.    
    Nos habla también del descubrimiento en la meseta de la Sierra de hematites rojas y pardas con ganga de caliza que quizá sea lo que los mineros llaman montera de hierro, puesto que en la profundidad los óxidos contienen nódulos de piritas.
    Finalmente, hace referencia a la relación de algunos de los topónimos con que se designaba a determinados puntos concretos de la Sierra del Aramo y su entorno con la existencia de algunas industrias que se habrían desarrollado en la zona.
    En tal sentido nos dice que el nombre de Llamo se deriva de “llama” ya que cerca del mismo había fundiciones romanas o árabes; que al lugar donde se hallan las bocaminas se le denomina “La Campa de las Minas”; a otra aldea que está cercana del lugar donde se hallan las escorias se la denomina “La Mezquita” (se refiere a San Adriano); a una cueva natural se la conocía como “La Cueva del Moro”, etc.

4º.-DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS Y PALEONTOLÓGICOS.-

    Según Dory, la época de estas explotaciones es difícil de precisar. No obstante, el descubrimiento de herramientas entre las rocas angulosas y bajo la capa de arcilla que se opone a las filtraciones superiores, es suficiente para establecer una época anterior al diluvium; por otra parte, afirma que los numerosos instrumentos de caliza y arenisca nos indican la edad de la piedra pulimentada. No obstante señala, que al no haberse encontrado herramienta alguna de bronce o de cobre, casi puede asegurarse, que esta comarca se hallaba en una época intermedia entre la edad de piedra y la del bronce, que sería la edad del cobre.

    5º.- HALLAZGOS EN EL INTERIOR DE LAS MINAS.

    Respecto a este punto, Dory, en principio, describe de forma general los restos humanos así como los objetos y útiles de trabajo hallados en el interior de las minas para después detallarlos de forma minuciosa.
    a) ESQUELETOS HUMANOS.-
    Nos dice que fueron descubiertos dieciséis esqueletos humanos, dos de ellos completos. A continuación analiza algunos de los huesos hallados para concluir que la talla y la fuerza muscular de estos individuos eran considerables, teniendo en cuenta los siguientes datos:

- Un fémur era de 0,52 m. de longitud y la tibia correspondiente de 0,39 m.

- El desmedido desarrollo de una falange mediana de una mano.

- Y el gran peso de algunos de los martillos (9,50 kg.)

Lámina 6. Revista Minera.

Las figuras 1,2 y 3 de esta lámina son de un mismo cráneo hallado en la galería San Alejandro; la figura nº 4 corresponde a otro cráneo encontrado en la galería San Vicente.
    
  
Referencia los cráneos de las Minas de Texeo (Riosa) en un artículo publicado en el año 1894 por D. Alfonso Dory, en la revista belga Revue Universelle des Mines, de la Métallurgie, des travaux publics et des arts appliques a l´industrie: “Les Mines préhistoriques de l´Aramo (Asturies)”.





Referencia a las herramientas utilizadas por los mineros prehistóricos en las Minas de Texeo (Riosa) en un artículo publicado en el año 1894 por D. Alfonso Dory, en la revista belga Revue Universelle des Mines, de la Métallurgie, des travaux publics et des arts appliques a l´industrie: “Les Mines préhistoriques de l´Aramo (Asturies)”.




Referencia a las teas para la iluminación y bateas para el transporte del mineral utilizadas por los mineros prehistóricos en las Minas de Texeo (Riosa) en un artículo publicado en el año 1894 por D. Alfonso Dory, en la revista belga Revue Universelle des Mines, de la Métallurgie, des travaux publics et des arts appliques a l´industrie: “Les Mines préhistoriques de l´Aramo (Asturies)”.



Referencia a otros objetos aparecidos en las zonas de laboreo como una avellana (adorno), un cuchillo de hueso, etc. en en un artículo publicado en el año 1894 por D. Alfonso Dory, en la revista belga Revue Universelle des Mines, de la Métallurgie, des travaux publics et des arts appliques a l´industrie: “Les Mines préhistoriques de l´Aramo (Asturies)”.

    Del análisis de los huesos hallados y de los sistemas de arranque del mineral, Dory deduce que en la extracción del mineral han intervenido razas muy diferentes. Fundamentalmente se basa en el estudio de los cráneos: unos, tienen la frente muy deprimida, los arcos superciliares abultados y salientes, el maxilar superior proyectado hacia adelante y los huesos occipitales muy deprimidos (lamina 6, figuras 1,2 y 3, cráneos hallados en la galería de San Alejandro); los otros, por el contrario, por la elevación de los huesos frontales parecen haber pertenecido a una raza completamente diferente (lámina 6, figura 4, cráneo hallado en la galería de San Vicente).
    El Grupo Coleccionista Minero (GRUCOMI), en su trabajo denominado “Valle de Riosa, minero desde la Prehistoria” incluso va más allá en su análisis de los diferentes cráneos hallados en las Minas de Rioseco.        Según ellos, uno de los cráneos no pertenece a un “homo sapiens” por lo que plantean la pregunta ¿Es posible que en las Minas del Aramo existieran “hominidus neardentales” que se supone extinguidos hace más de 30.000 años antes? Y concluyen, de ser así, estamos ante un yacimiento con un potencial de categoría mundial.
    Otra de las deducciones a la que llega Dory, una vez analizados los cráneos, es que corresponden a personas jóvenes ya que conservaban todos los dientes incrustados en la mandíbula, incluso, en algunos, se observa que los molares extremos, llamados muelas del juicio, no habían alcanzado aún su desarrollo completo.
    Los obreros que realizaban la labor de escogido del mineral en las cintas, en los últimos años de actividad de la empresa, – principalmente mujeres –, tal como aparece recogido en el trabajo de GRUCOMI, antes referido, así como en Arqueología y Patrimonio Industrial-Monsacro.net: Minas Prehistóricas de Rioseco-Riosa, en su publicación de 8 de enero de 2006 (Honorino Ruiz), recogían gran cantidad de huesos largos, mandíbulas verdosas con dientes muy blancos, la parte superior de algunos cráneos etc.. Afirmaban que podían llenarse hasta cestos con los huesos que iban saliendo en las cintas del escogido.

Foto cedida por Amada Fdez. Hevia.

En esta foto podemos ver alguna de las mujeres que trabajaban en las labores de escogido del mineral que iba llegando a través de la cinta y que vivían en los pueblos cercanos –Llamo, Les Texeres, Rozacaxil, La Fabariega (Mieres)…- (de izquierda a derecha Amada (Llamo), Amadita y Sabel (Rozacaxil), Consuelo (Les Texeres), Adela (La Fabariega-Mieres) y Lumina(Llamo)

    Estos mineros debían ser delgados respecto a su estatura ya que algunas de las galerías abiertas en calizas compactas, debido a su angostura estaban pulimentadas por el rozamiento de los cuerpos, así que un hombre de mediana talla difícilmente podría arrastrase.
    Siguiendo la exposición de Dory, nos dice que los cuatro primeros esqueletos fueron hallados en una galería que por tal motivo fue denominada “Galería de los esqueletos”, dos de ellos fueron atrapados por un hundimiento que les produjo la muerte, con el martillo junto a su mano; los otros dos estaban sentados con las piernas juntas y las rodillas a la altura de la barbilla, teniendo, uno, también el martillo cerca de su mano. Y dice, Dory: “En esta postura solían enterrar los hombres primitivos a sus muertos”. En esta apreciación se basa el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, para afirmar que no se trataba de un accidente laboral, sino más bien de enterramientos rituales en las galerías que ya habían sido explotadas. (Así lo afirma en su trabajo “La Mina como ámbito infraterreno y el cadáver como ofrenda ritual. A propósito de los esqueletos humanos hallados en las explotaciones cupríferas del Aramo”. 2003).
    En 1893, Dory dejó escrito que 251 osamentas de las encontradas en las Minas de Texeo, en el Aramo (191 humanas y 60 pertenecientes a un cuadrúpedo extinto de gran tamaño, se encontraban en el Museo de Anatomía Antropológica de la Facultad de Medicina de Madrid, al cual habían sido cedidas por los Ingenieros Jerónimo Ibrán y Alejandro Van Straalen. A petición del propio Dory, el antropólogo de dicha Facultad, D. Federico Oloriz, examinó los referidos huesos, extrayendo importantes conclusiones:
    “Hay 191 piezas esqueléticas y unas 60 pertenecientes a un cuadrúpedo de gran tamaño. Muchas de las piezas están bastante deterioradas, pero en general, conservan la integridad y consistencia necesaria para poderlas manejar fácilmente, estudiar las formas y hasta medir las principales dimensiones. El color de los huesos varía entre el gris terroso y el negruzco brillante como bronceado, y en muchos puntos existe una delgada cascarilla debida, al parecer,, a incrustaciones minerales que, al desprenderse, dejan ver el color casi normal del hueso seco (…) Las piezas esqueléticas humanas corresponden la mayoría a dos sujetos, y las demás a otros cuatro distintos por lo menos. El examen de los cuatro cráneos que se conservan y el de todos los huesos, que posee diferencia sexuales apreciables, permite afirmar que los seis individuos del Aramo fueron del sexo masculino y alcanzaron la edad adulta o se aproximan a ella (…)El más joven de todos debió morir después de los veinte años y los otros tres no pasaron de los cuarenta ni aún llegaron a los treinta y cinco pues presentan sin soldar todas las suturas, tiene abiertos todos los alveolos y ocupados aún muchos de ellos y no ofrecen más desgatado el esmalte de los dientes que el joven de años referido(…)La talla de los mineros del Aramo debió variar entre 1,61 metros para el más bajo y 1,76 para el más alto (aunque) presentan proporciones entre los miembros y la talla diferentes de los observados en los franceses contemporáneos que sirvieron para la confección de las tablas de Manouvries(…)Fueron más esbeltos y relativamente altos más bien que anchos de tronco y miembros inferiores cortos (…)Las inserciones óseas indican más vigor muscular que el ordinario(…)Las cuatro calaveras del Aramo son notables por el volumen, la regularidad de las formas y la falta de rasgos que denuncien inferioridad con relación a los cráneos de nuestro país y de nuestro tiempo.
    En todas son complicadas las suturas (…)no hay prognatismo, el índice nasal es muy poco mayor que los asturianos actuales y las únicas mandíbulas que existen, no ofrecen ningún rasgo extraordinario. Aunque se notan diferencias en la conformación de la frente, que abombada en dos cabezas del Aramo, mediana en otra y algo oblicua en la última (la cual tiene además rebajada la bóveda y prominentes los arcos supraciliares). Se descubre enseguida el parentesco étnico de las cuatro calaveras pues a pesar de sus ligeras variantes parecen corresponder todas a un solo de los dos tipos cranialógicos actuales que según mis estudios, muy deficientes todavía, dominan en Asturias (..) De estos dos tipos, el céltico, difiere esencialmente de las calaveras del Aramo, puesto que esta son subdolicocéfalas, su frente es abombada más bien que ancha y aplastada, falta el aplanamiento occipital característico del cráneo celta, y la forma general o del conjunto es más elipsoidea que globulosa. Por otra parte, aunque la forma de la frente, la elevación media de la bóveda y la prolongación rectangular de las órbitas aproximan los cráneos del Aramo al tipo Cromagnon, son tales las diferencias, sobre todo en la conformación de la cara y del occipucio, que no pueden aquellos clasificarse resueltamente en el tipo prehistórico citado y hay que limitarse por ahora a señalar sus semejanzas con el tipo actual subdolicocéfalo de Asturias, muy extendido también por otras regiones de la Península” (Asturias)

    b) MARTILLOS Y MAZAS.-

    Nos explica Dory en su exposición como eran los martillos que utilizaban los mineros prehistóricos de las Minas de Rioseco. Según él nos refiere, se trata de una piedra, más o menos voluminosa, más o menos pulimentada, que se adaptaba directamente al hueco de la mano; los bordes de esta masa elíptica o redonda, están gastadas por el continuo rozamiento del dedo y una de las caras resulta aplastada y mellada por los choques repetitivos contra las rocas y las herramientas. (lámina 6, figura 7).
    También nos habla de la existencia de martillos más perfeccionados: la piedra presenta un rebaje circular poco profundo en el cual se encajaba una pequeña correa de cuero destinada a conservar el martillo adherido a la mano o quizás también, para colocar un mango. Dory es meticuloso y nos describe como podría ir encajado el mango de madera. (lámina 6, figura 6).



Lámina 6. Revista Minera.

    Nos habla también de otro tipo de martillos mayores que servían para romper los trozos muy voluminosos y que se corresponden a las mazas que actualmente conocemos.

    c) PICOS Y CINCELES DE ASTA.-

    Según Dory, eran las herramientas que utilizaban los mineros para picar las rocas blandas. Sabían dar a las partes leñosas de los animales un temple especial para adaptarlas a los usos a los que las destinaban. Los había de distintos tamaños, algunos pertenecientes a animales de poca alzada y otros pertenecientes a rumiantes de mucho mayor alzada, ya desaparecidos de la zona (lámina 6, figura 5). También se han encontrado cinceles de asta (lámina 6, figura 6).
    d) AGUJAS PARA EL ARRANQUE.-
Son también de piedra, bien de arenisca o caliza, de 10 a 15 centímetros de longitud, cuyas marcas se distinguen claramente en las paredes de las excavaciones subterráneas. Las huellas dejadas son diferentes según la forma de la aguja: rectangular, cuadrada, triangular, redonda, oval y en media caña.
    e) CUÑAS.-
    Otro de los instrumentos utilizado por los mineros prehistóricos fueron las cuñas, también de piedra, bien de arenisca o caliza, punzante en uno de sus extremos y de sección creciente hasta su parte más ancha, donde recibía el golpe reiterado del martillo (lámina 5, figura 8)

    f) TEAS PARA LA ILUMINACIÓN DE LA ZONA DE EXPLOTACIÓN.-
    Para iluminar la zona de laboreo, se valían de teas: pequeños palos de 10 a 12 centímetros de largo, sección cuadrada de 5 ó 6 milímetros. Se fijaban en pelotas de arcilla adheridas a las paredes de las galerías, habiendo aparecido gran número de estos palos quemados por uno de sus extremos aún sujetos a las paredes (lámina 5, figuras 2 y 3). En otras partes de la explotación se han encontrado ramas resinosas rodeadas de piel untadas con grasa o resina que, al inflamarse debían producir un mejor alumbrado.
    g) BATEAS.-
    Se utilizaban como medio de transporte del mineral (lámina 5, figura 6). Las había de dos clases: una vaciando un tronco de madera; otra, compuesta de dos piezas, el fondo formado de una tabla cortada circularmente, sobre la que se ajustaba, por medio de cuñas de madera una banda estrecha, que constituía los bordes del recipiente. Según Dory, las bateas debían tener mucho valor para sus dueños, ya que se encontró una, la cual se había roto y había sido reparada con una pieza cosida con cuerda de tripa. Una de las halladas conservaba un trozo de cuero sujeto a un extremo en forma de asa con el fin de poder arrastrarla mejor en los coladeros más estrechos para poder llevarlas a hombros.

Lámina 5. Revista Minera.

    h) OTROS OBJETOS HALLADOS EN EL INTERIOR.-
    Dory cita, asimismo, otra serie de objetos encontrados en las zonas de laboreo:

- Una avellana tallada con mucho esmero y que debió utilizarse como adorno.

- Un cuchillo de hueso de 16 centímetros de longitud y 3 de ancho (parece hecho de hueso humano), muy cortante por uno de sus lados y puntiagudo por ambos extremos.

- En la galería San Vicente había una fuente cuyo pilón estaba formado por un cráneo humano, en el que caía el agua.

- Un esqueleto de oso bastante grande, sin cabeza, hallado en una de las galerías después denominada “Galería del oso” (una de sus costillas mide 585 milímetros). Este hallazgo quizá sea posterior a la época de la explotación.

- Un mango de madera que quizá formara parte de una aguja.

- En la arcilla que llena un hueco de la pared, cerca de Santa Engracia, en un cruce de galerías, se ha encontrada trazada una cruz romana acompañada de rayas paralelas horizontales.     Seguramente fue realizada por los segundos explotadores de las minas como punto de referencia cuando reconocieron las labores ejecutadas por sus predecesores.

- En San Vicente fueron encontradas tres piedras superpuestas sobre una roca que ocupaba el centro de una excavación grande; la de encima era de aspecto calizo muy blanco, visible desde la lejanía, por lo que se cree que servía de guía.

    6º.-DESCUBRIMIENTOS EN EL EXTERIOR.-

    En este apartado de su Memoria, el Sr. Dory relaciona una serie de instrumentos y útiles de trabajo, algunos de los cuales no se sabe muy bien a que se destinaban. Así nos habla de afiladores, espátulas (lamina 5, figura 5), pilones, barrenas, crisoles, etc. No obstante, estudiándolas con detenimiento, se ha podido comprender que algunas servían para triturar el mineral, otras para aplastarlo, existiendo piedras para perforar la madera y también para hacer muescas en ella.
    Los crisoles son de arcilla refractaria con granos de cuarzo blanco, los bordes superiores eran redondeados; su espesor era de cuatro centímetros y su diámetro no pasaba de 20 centímetros.
    También se han encontrado dos puños: uno de talco, que debió ser utilizado como objeto de adorno, acaso para un bastón, es amarillento con vetas negras y está agujereado en el centro, teniendo 28 milímetros de altura por 30 de diámetro; el otro es de arenisca, esta incompletamente perforado y tiene 12 y 30 milímetros respectivamente de altura y diámetro.

    7º.-MÉTODOS DE EXTRACCIÓN DEL MINERAL.-

    Dory califica esta actividad como ARRANQUE y nos dice que, teniendo en cuenta las numerosas entalladuras que se encuentran a cada paso en las paredes de las excavaciones, la extracción del mineral era extraordinariamente difícil.
    Señala los siguientes métodos de extracción:
    a) Para extraer pequeñas cantidades:
Mediante entalladuras, las cuales servían para separar la roca cuando se quería arrancar pequeñas cantidades de mineral. En otros casos se practicaban dos agujeros bastante cercanos entre si en la masa del mineral y se arrancaba a golpes el trozo de mineral existente entre ambos.
    b) Para grandes cantidades:
    En otros casos se atacaba en grande el mineral. Se hacía una muesca circular, socavando hasta que caía la masa del mineral. Esta maniobra se hacía lo más probable con palancas de madera, luego se utilizarían grandes martillos o mazas para romper el mineral y así facilitar el transporte.
    La perforación se llevaba a cabo mediante astas o de piedras más o menos cilíndricas y cortantes en su extremidad. Las muescas que se aprecian en el fondo y en las paredes de excavaciones estrechas y largas, en las que apenas podría penetrar un muchacho, permite suponer que en las minas trabajaban obreros de todas las edades.
    c) Torrefacción:
    También se empleaba el fuego para hacer saltar la roca y convertirla en quebradiza. Los trozos de madera no carbonizados en su totalidad, las grandes cantidades de carbón vegetal que se encuentran con frecuencia, las paredes de hollín, el aspecto del mineral y de la roca, son detalles que nos indican que utilizaban la torrefacción a gran escala.
    d) Con las manos:
    La arcilla que rellenaba los huecos de la roca se arrancaba con las manos, no se utilizaban instrumentos de asta o de piedra, como lo evidencia las impresiones de millares de dedos de todas las dimensiones, desde los más pequeños hasta el pulgar de magnitud doble que la que tenía un obrero en el momento del descubrimiento de las minas.
    8º.-FORTIFICACIÓN.-
    Dory utiliza esta palabra para referirse a las labores de ENTIBACIÓN. De su descripción se deducen dos tipos de fortificación:
    a) Arcos rebajados apoyados en pilares y entrelazados entre sí.
    Según él, en ningún lugar de las minas se han descubierto apeas que hayan podido ser utilizadas para la entibación y aseguramiento de las labores, no obstante, en las entradas y al principio de las explotaciones se encuentran llaves que, a medida que se avanza hacia el interior van disminuyendo; son pilares de pequeña base que se ensanchan por arriba hasta constituir arcos rebajados enlazados entre sí, lo que nos da un aspecto muy agradable, sobre todo en los puntos de partida.
    b) Amontonamiento de bloques de roca estéril entre los hastiales del criadero.
    Cuando la inclinación se separaba más de la vertical, los trabajadores eran más atrevidos y dejaban subsistir los huecos, a veces de grandes dimensiones, quedando así las excavaciones rellenadas de forma incompleta, sin emplear medio alguno de fortificación.
    Dory considera, por un lado, que los huecos practicados en el filón son anteriores a los romanos, precisamente porque carecen de entibación y, sin embargo, en las antiguas explotaciones romanas, bastante frecuentes en España, existe una gran cantidad de entibaciones y pedrizas y, por otro, que la segunda explotación fue realizada por ellos, dejando subsistir esas grandes oquedades porque ofrecían una garantía suficiente contra los hundimientos por la consistencia de las rocas.

   9º.-CIRCULACIÓN DE LOS OBREROS Y TRANSPORTE DEL MINERAL.-

    a) Circulación de los obreros:

    Por una parte, Dory nos dice que, en algunos puntos de la explotación, los mineros dieron suficiente amplitud a las galerías, lo que les permitía una mejor accesibilidad y así disminuir sus fatigas. Sin embargo, en otros puntos, la estrechez de las galerías queda patente en las paredes, que aparecen literalmente pulimentadas por el roce de los trabajadores al pasar. Un ejemplo lo tenemos en las labores que la galería de Santa Engracia con la de San Vicente, donde solamente se puede entrar arrastrándose y con mucha dificultad.
    Asimismo, en los conductos inclinados de bastante longitud – como el que existe encima de San Vicente – no hay vestigio alguno de medios de comunicación entre sus dos extremos; el hastial inferior se ve libre, húmedo y resbaladizo y con las partes pulimentadas por el rozamiento de los cuerpos, sin encontrar más que el saliente de una roca que muy bien pudiera haber servido como punto de apoyo.
    Apunta Dory, que la comunicación entre ambos extremos, bien podría realizarse mediante tiras de cuero o cuerdas de tripa, pues se observa con frecuencia en la cabecera de estas chimeneas, intransitables sin escalas de mano, un saliente de la roca del pendiente o del yacente perforado en forma de anilla que ha debido servir para sujetar las primitivas escaleras. En alguna de estas anillas se puede apreciar la huella en forma de media caña que ha dejado la soga.
    b) Medios de transporte del mineral:

    Entre los restos hallados en el interior de las minas se encuentran las bateas, (lámina 5, figura 6) - a las que ya hemos hecho referencia en el apartado 5º.- HALLAZGOS EN EL INTERIOR DE LAS MINAS. g) 

Bateas –

Las bateas se utilizaron para el transporte del mineral, las había de dos clases, tal como se ha descrito en el apartado a que se ha hecho mención. Una de estas bateas conservaba un trozo de cuero fijado a un extremo a modo de asa, sin duda para poderla arrastrar en los coladeros exageradamente estrechos para permitir llevarlos a hombros.

    10º.- BENEFICIO DE LAS MENAS.-

    Para la separación de las menas de la ganga los antiguos explotadores utilizaron varios sistemas:
    a) A través de crisoles, a los que se ha hecho referencia en el apartado 6º.- DESCUBRIMIENTOS EN EL EXTERIOR.-
    b) Mediante ollas o coberteras, que estaban fabricadas con una arcilla mal cocida y alguna de las cuales tiene trabajos rudimentarios de tornos.
    c) Mediante aparatos de fusión continua, método más perfeccionado que Dory, estimo que también, utilizaron al haberse encontrado escorias perfectamente homogéneas.
    d) En la época moderna de la explotación, con la empresa asturiana METASTUR (Minero Metalúrgica Asturiana S.L.) y en el año 1954, se estableció un sistema para el aprovechamiento máximo de las menas del mineral de cobre, nos referimos a la planta de lixiviación por vía húmeda amoniacal. Inicialmente, en las instalaciones de Rioseco se disponía de una planta de concentración por mesas de gravimetría o isodromía. Una vez molido el mineral, se separaban las partes más pesadas en mesas de gravedad. Estas partes más pesadas estaban compuestas, fundamentalmente, de sulfuros (calcopirita) y óxidos (óxidos negros de cobre),cobre, cuprita, cobre nativo, y carbonatos (malaquita y azurita).
    La misión de las mujeres que trabajaban en los lavaderos era la de recuperar los minerales más ricos en cobre. Sin embargo, en los estériles de lavadero aún quedaban restos de cobre, alrededor de un uno por ciento de contenido medio.
    A fin de recuperar el cobre contenido en los minerales de baja ley y los estériles que quedaban después de las labores de lavado, se pasaban a través de una planta de tratamiento por gravitación o isodromía. Asimismo, como os decíamos, en el año 1954, se construyó una planta para el tratamiento del mineral vía húmeda amoniacal, o lixiviación amoniacal. Esta planta de lixiviación amoniacal fue la 1ª de esta tecnología implantada en Europa. El 4 de agosto de 1954, se consiguió la primera separación completa.
    De hecho, en la zona conocida por los trabajadores como "la húmeda", en las inmediaciones de la chimenea, -término quizá relacionado con la actividad de lixiviación por vía húmeda amoniacal-, la empresa disponía de un completo laboratorio al frente del cual estaban los químicos D. José Rodríguez y D. Joaquín Marroquino.
    Las plantas de tratamiento por lixiviación y la de isodromía, estaban adosadas y recibían el mineral a través de una tolva común a donde llegaba transportado mediante cable aéreo. A pesar de que las instalaciones han sufrido un fuerte deterioro, aún hoy, después de las últimas labores de recuperación llevadas a cabo entre 2010-2011, se puede comprobar cómo era la distribución de las distintas partes de que constaba la planta, lavaderos, plantas de lixiviación e isodromía, talleres ... que, además, podéis comprobar en el reportaje fotográfico.
    Con el procedimiento de lixiviación amoniacal, el mineral, una vez molido pasaba a la tolva reguladora para, a continuación, ser transportado mediante una cinta transportadora a los depósitos de tratamiento, añadiendo agua y amoniaco como solución de lixiviación. Estas soluciones amoniacales se concentraban en sales de cobre que eran conducidas a un depósito evaporador de dos cuerpos.
    En un principio, el mineral era lavado al pie de las bocaminas en el piso 2º, con agua procedente de la "Fuente Sayan", que había sido captada a este fin y que mediante tubería de gres de unos 6 ctms. era trasladado a un depósito - que aún existe- para después ser conducido hasta las balsas donde se lavaba el mineral.


   Fuente Sayán

 
Conducción de agua con tubería de gres desde la Fuente Sayán hasta el depósito sito en el piso 2º de las minas de Texeo, donde se lavaba el mineral de cobre inicialmente.



Depósito de agua procedente de la Fuente Sayán en el piso 2º de Las Minas de Texeo . El agua era utilizada para lavar el mineral de cobre.

    También aquí eran las mujeres las encargadas de realizar esta labor; para ello utilizaban una criba a la que las mujeres denominaban "palanquín". Estaba colocada en posición inclinada, y disponía de un brazo -"palanquín" - que, accionado, permitía mover la criba, mientras que otra mujer se encargaba de remover el mineral.
    El mineral era transportado, en un principios entre los pisos mediante planos inclinados y, después, mediante cable aéreo hasta las instalaciones de Rioseco para su selección y tratamiento.
    El sistema de transporte inicialmente, mediante planos inclinados y después a través del cable aéreo, resultaba costoso y de difícil mantenimiento. Esta fue la razón por la que METASTUR, inició la construcción de un transversal a nivel de la cota de 705 m. -dirección este/oeste -, por encima y en las inmediaciones de los lavadero y plantas de tratamiento del mineral, en la zona conocida por los trabajadores como "Casa Candanal", sin embargo, algunos autores la denominan "El Socavón de Rioseco", quizá relacionándolo con "El Socavón" de La Campa Les Mines, en Texeo. Este transversal que tiene 900 m., pretendía llegar a la vertical de las labores mineras. De esta forma, mediante pozos verticales podrían bajar el mineral, por el principio de gravedad, hasta la cota 705 m, donde estaban las instalaciones de tratamiento del mineral.
    Sin embargo, esta instalación nunca llegó a conectar con las plantas superiores ya que ,cuando estaba prácticamente terminado, se produjo el cierre de la empresa en el año 1960, como consecuencia de los bajos precios del cobre.

 11º.- NOCIONES GEOLÓGICAS Y MINEROLÓGICAS.-
    Siguiendo el hilo de la exposición de Dory, éste pone de manifiesto la dificultad que ha tenido para plasmar en los planos la dirección de los múltiples filones que se encuentran en el interior de las minas para obtener una reproducción exacta de las labores antiguas. Para no inducir a confusión, solamente estudia dos de dichos filones. Según él, la regularidad de la marcha, según la dirección, es igual a la uniformidad de la pendiente de los criaderos. Define la potencia de los filones, que varía entre 30 centímetros y los 2 metros; los hastiales estaban formados de dolomía rosada encajada en la caliza carbonífera. La dolomía rosa si, en general es dura, en los soplaos se transforma en deleznable. Por último, concreta que la masa de estos filones está constituida por dos minerales metalíferos: EL COBRE Y EL COBALTO. El cobre formado por el óxido negro, con una ley entre el 15 y el 25 %. Esta mena está cubierta por una capa azul o verde que procede de la transformación del óxido en carbonato (azurita y malaquita); el cobalto está también en forma de óxido, es negro y duro, compacto, pudiendo confundirse, a primera vista, con la mena del cobre (azurita). Se encuentra diseminado en la masa dolomítica que forma los hastiales y sobre todo en la proximidad de los soplaos o geódas: la ley puede alcanzar hasta el 33% de cobalto metálico.


Lámina 7. Revista Minera.
       Concluye con una explicación sobre el carácter sedimentario de los filones, teniendo en cuenta la gran regularidad de los criaderos, tanto en su inclinación como en su dirección, y nos dice que, la transformación de la caliza en dolomía se debe a las aguas magnesianas que habría sido seguida de líquidos, que contenían los metales de cobre y de cobalto en suspensión, y estos se habrían precipitado sobre un fondo desigual y en las grietas, dando lugar a esta serie de filones actuales.
    En la última parte de su Memoria, Alfonso Dory nos ofrece un amplio estudio sobre EL COBALTO, el otro mineral que, junto al COBRE, está presente en los filones de las Minas de Texeo.
    Comienza por referirse a su historia y a su presencia en la época de los egipcios (piedras azules artificiales), en vasos griegos y romanos; la palabra cobalto ya aparecía en los escritos de Paracelso. Se empleaba para referirse a un genio maléfico de las minas que las hacía improductivas o para referirse a ciertos minerales cuya descripción no era bastante precisa para poder reconocerlos en el tiempo en que redactó su Memoria.
    Nos dice que, desde el siglo XVI, se usaba para el esmalte destinado a dar color azul al vidrio. Fue aislado por Brand en 1738, sin poder obtenerlo en estado puro. Nos relaciona los principales minerales que contiene el cobalto en su estado natural (óxidos, seleniuros, sulfoarséniuros, arseniatos, sulfuros, arséniuros, sulfatos y carbonatos) y nos dice que se encuentra en estado metálico aleado con el hierro y el níquel en los meteoritos.
    Las menas del cobalto son la absolita, la esmaltina y el cobalto gris.
    En cuanto a sus propiedades: es de color gris claro con un tinte rojizo, pulimentado tiene el color de la plata, es duro y exige para fundirse la misma alta temperatura que el hierro, no es volátil y su densidad es de 8,5 a 8,7 y es magnético. No le ataca ni el aire ni el agua a temperatura normal, al calor se oxida, lentamente y a temperatura elevada arde con llama roja.
    La absolita (óxido natural) es un mineral de manganeso que contiene más o menos cobalto y que se puede cortar con un cuchillo.
    Según Dory, el mineral de cobalto del Aramo es muy diferente a pesar de ser un óxido, no contiene más que indicios de manganeso, níquel y hierro, es compacto, duro y no se deja cortar fácilmente con el cuchillo, su ley puede alcanzar hasta un 86 % de cobalto metálico, reducido a polvo su color es negro con un tinte azulado.
    También nos describe sus usos: El óxido de cobalto se usa para la decoración de porcelanas, para producir azules muy hermosos que resisten altas temperaturas; sirve también para preparar el verde Rinmann, que es óxido de zinc coloreado por una pequeña cantidad de óxido de cobalto.
    Los minerales mixtos de níquel y cobalto sirven para preparar un vidrio llamado esmalte. El cobalto se emplea, también, para cubrir otros metales y remplazar al niquelado.
    Por último, se refiere al procedimiento de fabricación del cobalto. Nos dice que, debido a la dificultad que existe para la obtención de la mena del cobalto, se han utilizado gran número de procedimientos que las empresas fabricantes guardan con mucho celo.
Detalla los siguientes:
-Procedimiento Herrenschmidt (lo describe exhaustivamente).
-Procedimiento G. Schoeneis (lo describe).
-Procedimiento David Levat (lo describe).

    12º.- VALOR INDUSTRIAL DE LA EMPRESA.-

    Dory está seguro de la gran riqueza de las Minas de Texeo recién descubiertas por VAN STRAALEN y para demostrar la rentabilidad de la explotación en aquel momento, hace una valoración de la empresa. Para ello va desgranando todos los elementos positivos que concurren y que avalan su explotación:
· La gran regularidad de los filones.
· Su riqueza en cobre y cobalto.
· La gran cantidad de escombros que rellenan las labores y contienen mineral.
· La gran calidad de la mena de cobalto que, además posee una dureza notable que evita perdídas en el arranque y es muy pura, con una ley extremadamente elevada (32% de cobalto metálico).
· Facilidad de contar con fuerza motriz natural.
· Proximidad y coste económico del combustible, de buena calidad, para la obtención de las menas.
· Mano de obra muy barata.
    Todos estos elementos conforman un conjunto de circunstancias favorables que dan a esta empresa un gran valor industrial.
    Aparte de los elementos positivos relatados que ya, de por sí, son suficientes para avalar la explotación de las minas, añade otros factores que aumentarían, aún más, la rentabilidad de la explotación:
· Los rellenos de las minas: que ocupan 12.000 metros cuadrados hasta la profundidad de 150 m. en la parte reconocida y que contienen aún de un 12 a un 14 % de cobalto, según los concienzudos análisis realizados tanto en Francia como en España.
· La riqueza de los filones: De las distintas inspecciones llevadas a cabo en aquel momento, llegaron a constatar que las Minas de Texeo encerraban, todavía, una considerable riqueza por explotar, sin tener en cuenta el mineral que, indudablemente, existe en profundidad por debajo del nivel donde se detuvieron los mineros primitivos.
· Que los primitivos mineros desechaban el cobalto:
Teniendo en cuenta que el cobalto unido al cobre da a este último cualidades perniciosas y que el nombre antiguo de Kubalt, significa maleficio y así fue reconocido desde la antigüedad más remota, los primeros explotadores de este yacimiento se dedicaron a apartar cuidadosamente las partes con cobalto de los filones dejándolas, o bien sin arrancar o bien arrojadas a los rellenos.

    13º.- MENCIONES PREVIAS A LA EXISTENCIA DE LAS MINAS DE TEXEO, ANTES DEL REDESCUBRIMIENTO EN 1888.-
     En la historia de las Minas prehistóricas de cobre de Texeo (Riosa),  siempre se parte del año 1888, año en que fueron redescubiertas por el Ingeniero belga, D. Alejandro Van Straalen, sin embargo, con anterioridad ya existen menciones escritas sobre su existencia y, de hecho, los habitantes del lugar sabían que allí había habido minas, ya que pastoreaban en estos parajes que, además, conocían con un topónimo muy clarificador: "La Campa les Mines".
    Recientemente, hay autores, como D. Luis Jesús Llaneza (miembro del RIDEA) y el escritor D. Alvaro Álvarez Gascón, que mantienen que el ingeniero  francés, D. Adriano Paillette (1809-1858) fue la primera persona que mencionó la existencia de las Minas de Texeo (Riosa) en el año 1855, treinta y tres años antes de que D. Alejandro Van Straalen (1888) las redescubriera oficialmente. Así lo manifestaron en la conferencia dada en la Casa de Cultura de Riosa el 7 de noviembre de 2018  titulada "Vindicación de Adriano Paillette como descubridor de las Minas de Texeo"

 D. Luis Jesús Llaneza                                        D. Alvaro Álvarez Gascón         
    
    Para Luis Jesús Llaneza la referencia más importante que indica que Paillette fue el primero que mencionó por escrito la existencia de las Minas de Texeo, aunque no diga su nombre, se encuentra en su publicación en la Revista Minera (Tomo VI, 15 de mayo de 1855), Paillette, hace una pequeña mención a un criadero cobrizo por "encima del pueblecito de Llamo" . Esa mención la hace en la pág. 299-300 del trabajo publicado en esa revista titulado "Estudios químico-mineralógicos sobre la caliza de montaña ( (caliza metalífera o carbonera) de Asturias". La referencia exacta cuando habla de La Sierra del Aramo es la siguiente: ".... En su masa se han encontrado encima del pueblecito de Llamo labores sumamente antiguas en un criadero cobrizo, ..."

Hay otra mención realizada por Máximo Fuertes Acevedo, en 1880, en su obra "Minerología Asturiana", págs. 178-180, al hablar del cobre; primero hace referencia a los hallazgos en Lena para después, referirse a la Sierra del Aramo “ ... NO MENOS RESTOS ENCONTRADOS EN LA SIERRA DEL ARAMO, EN LAS INMEDIACIONES DEL PUEBLO DE LLAMO” Se trata de un referencia, también corta y muy similar a la de Paillette, por lo que nosotros creemos que Fuertes Acevedo leyó la referencia de Paillette.
    Una cosa que está meridianamente clara es que los habitantes del lugar, conocían de su existencia con bastante anterioridad al descubrimiento de Van Straalen, porque pastoreaban por la zona, de hecho, como decíamos, denominaban al paraje donde se hallaban las minas "La Campa Les Mines", topónimo que, sin duda, tiene su origen en la existencia de las citadas minas de cobre y cobalto.

    Sin embargo, llama nuestra atención que Paillette diga ".. se han encontrado .." o que, dado su prestigio de analista, no hiciera referencia al análisis del criadero de Las Minas de Texeo, como hacía con el resto de los yacimientos que visitaba y que dejaba reflejado en sus publicaciones.

    Si realmente hubiese estado allí y explorado las minas, lo hubiese analizado con la profundidad que le caracterizaba y el honor del descubrimiento hubiese sido para él y lo hubiera dado a conocer.., porque hubiera encontrado todo lo que encontró Van Satraalen en 1888 y después publicó Dory en su Memoria en el año 1893 en la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería. 

    La única explicación plausible que podría darse, en el caso de hubiera estado allí, es que reconociera que allí había un yacimiento de cobre pero no lo exploró, o lo exploró muy someramente porque pensaba hacerlo más adelante y no lo hizo porque la muerte se lo impidió. Murió joven, con 49 años (1858 -tres años después de su publicación-). 

 14.- PROBLEMAS EN EL INICIO DE LA EXPLOTACIÓN.-
    El inicio de la explotación moderna de las Minas de cobre de Texeo (Riosa), en la vertiente oriental de la Sierra l´Aramo, estuvo marcada por un largo litigio administrativo sobre la concesión minera. Y es que en el mes de julio de 1888, D. Dámaso de Iruegas y Cárcamo, vecino de Madrid, había solicitado del Gobierno Civil de Oviedo la inscripción de una mina de cobre  denominada "Rosario" en el Mayéu de Texeo (Riosa), vertiente oriental de la Sierra l´Aramo, tal como aparece  en el Boletín Oficial de la provincia de fecha 04-07-1888, varios meses antes del redescubrimiento oficial de las Minas de Cobre de Texeo por el ingeniero Belga, D. Alejandro Van Straalen (septiembre de 1888)

Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo, nº 151, de fecha 4 de julio de 1888, en el que se publica en la "Sección de Fomento", por el Jefe  de dicha sección del Gobierno Civil de Oviedo, D. Julio Cesar Patiño, el anuncio con la solicitud formulada por D. Dámaso de Iruegas y Cárcamo, vecino de Madrid, para el registro de treinta hectáreas de la mina de cobre y otros conocida por el nombre de "Rosario", sita en terreno común del Puerto del Aramo o de Los Veneros, paraje llamado Majada del Tejeo o Texeo, término de Llamo, Concejo de Riosa...:




    El ingeniero belga, D. Alejandro Van Straalen que, por aquella época, era director de la Mina de cinabrio de la Soterraña (Lena), es lógico que llegara a tener conocimiento de esta solicitud, al estar el paraje de Texeo, en la vertiente suroriental de la Sierra l´Aramo, relativamente cerca de la explotación que  él dirigía. Reconoció la zona, en el mes de septiembre de 1888  y, aprovechando  la falta de concreción  y precisión existente en la solicitud de D. Damaso Iruegas, en el mes  de noviembre, realizó su propia solicitud, coincidiendo, en parte con los terrenos ya solicitados previamente. La denominó "Teresita", con una extensión idéntica  -30 hectáreas - pero con una delimitación mucho más concreta y haciendo referencia a que la estaca que señalaba el "punto de partida" estaba frente a una explotación antigua. Su solicitud aparece recogida en el Boletín oficial de la Provincia de Oviedo, nº 256, de 20 de noviembre de 1888

Boletín Oficial Nº-265 de fecha 20 de Noviembre de 1888. Anuncio publicado en la "Sección de Fomento" por el Gobernador Civil de la provincia, D. Ramón Larroca, con la solicitud formulada por D. Alejandro van Straalen, vecino de Muñón Cimero (Lena) para el registro de 30 hectáreas de una mina de cobre y otros, conocida como "Teresita", sita en terreno común del Monte Aramo, paraje llamado valle de Tejedo, sitio en Peña Blanca, parroquia de Santa maría de Riosa. " .. Se tomará como punto de partida una estaca que se halla frente a una labor antigua ...". 
Hoy en día ese lugar, situado en el "Rincón de la Campa les Mines", se le conoce como "Punto de Partida" y la labor antigua que menciona,  son las labores prehistóricas  realizadas en el calcolítico tardío para la obtención del cobre:


Transcripción del anuncio publicado en el Boletín Oficial Nº-265 de fecha 20 de Noviembre de 1888:

D. Ramón Larroca, Caballero Gran Cruz de Isabel la Católica y Gobernador civil de esta provincia Hago saber: Que D. Alejandro van Straalen , vecino de Muñón Cimero, ha presentado solicitud de registro de 30 hectáreas de la mina de cobre y otros que se conocerá con el nombre de “Teresita”, sita en terreno común del monte Aramo , paraje llamado Valle Tejedo, sitio de Peña Blanca , parroquia de Santa María de Riosa, concejo de Riosa, lindante a todos vientos con monte común. Verifica su designación en la forma siguiente : Se tomará como punto de partida una estaca que se halla frente a una labor antigua, cuya entrada está poco más o menos determinada por una visual al Monte sacro 20º Este y por otra al pico Prado Redondo 92ª Este también. Desde esta estaca se medirán en dirección Norte 150 metros plantando la primera estaca , desde ésta a 2º en dirección Oeste 350 metros, de 2ª a 3ª en dirección Sur 600 metros, de 3ª a 4ª dirección Este 500 metros , de 4ª a 5ª en dirección Norte 600 metros, 5ª a 1ª en dirección Oeste 150 metros cerrando el rectángulo. Y habiendo admitido el indicado registro, se publica en el Boletín Oficial a fin de que dentro del plazo de 60 días puedan producirse cuantas oposiciones estimen convenientes, los que se consideren con derecho al todo o parte del terreno solicitado, o los dueños de las fincas que tuviesen que reclamar, según se preceptúa en los artículos veintitrés y veinticuatro de la ley vigente de Minas. Oviedo 2 de Noviembre de 1888. El Gobernador Ramón Larroca.

    En un principio, la Administración, en base al informe del ingeniero D. Guillermo de La Sala, encargado de las actuaciones, fue contraria a las pretensiones de inscribir la mina "Teresita" que solicitaba D. Alejandro Van Straalen, al considerar que coincidía con la solicitud previa de D. Dámaso de Iruegas y su mina "Rosario". Pero, posteriormente, Van Straalen, logró que el Jefe del Distrito Minero de Oviedo, D. José Suárez, se hiciera cargo personalmente del informe  sobre su solicitud y, mediante un nuevo informe, la Administración acepta la petición de la inscripción de la Mina de cobre "Teresita" a nombre de D. Alejandro van Straalen (acta de 28 de septiembre de 1891)
  
    14º.-  CONCLUSIONES.-

    Dory explica en su Memoria que, hasta aquel momento (1893), tan sólo se habían llevado a cabo las instalaciones necesarias para la preparación y el transporte, dividiéndolas en dos apartados:
- Preparación:
    a) En el exterior:
· Un camino de 6 Km., serpenteante, con 52 revueltas en la ladera Oriental del Aramo, que enlaza las instalaciones con el camino vecinal de Riosa a Lena.
· Una vía férrea que comunicaba las bocaminas con la zona de almacenamiento, donde apartaban, lavaban y se guardaban los minerales.
· Casas para los obreros, fraguas, oficinas y laboratorios.
Todo ello forma un conjunto de instalaciones suficientes para iniciar los trabajos de explotación.
    b) En el interior de las Minas:
 Se ha facilitado el acceso a las antiguas labores con instalación de escaleras y franqueado las excavaciones, lo que ha permitido formarse una idea de la extensión de los trabajos y de la magnitud de la riqueza de los filones. Se ha ensanchado la galería San Vicente a la espera de que un transversal llegue a cortar las explotaciones del nivel inferior.
-Transporte:
    La distancia entre las bocaminas y la estación del ferrocarril del Norte, en Pola de Lena, es de 12 km. y el transporte solamente podía hacerse a lomos de caballerías, lo que recargaría el precio de la tonelada en 20 pts.
    Tomando como referencia a París, Londres o Hamburgo como puntos de consumo, el precio de los transportes sería de 40 francos.
Para disminuir este coste, considera Dory como factor importante la construcción de lavaderos para los escombros en las bocaminas y aparatos para reducir en la proporción 10:1 la proporción de gangas y obtener matas cobrizas con un 50% de cobre y matas cobrizas-cobaltíferas con un 25 ó 30 % de cobalto.
    De esta forma se obtendría un producto con una ley uniforme muy homogéneo, que facilitaría la determinación del valor exacto, cuestión importantísima, según él, en el cobalto, tan raro y, por lo mismo, tan precioso.
    Otra ventaja que supondría la instalación de los lavaderos sería la posibilidad de una explotación a mayor escala, ya que el transporte, como estaba organizado, lo limitaba.
    La perforación de transversales simultáneamente con las instalaciones para el beneficio local de las menas, dará un nuevo vuelo a estos trabajos
    Su última conclusión es una auténtica premonición cuando dice: “La visita de estas minas ofrecerá a los aficionados a la Paleontología y Arqueología y a los ingenieros, un vasto campo fértil desde el punto de vista de sus estudios.”
    Por nuestra parte, solamente nos cabe decir que la Memoria de Alfonso Dory, publicada en la Revista Minera en el año 1893, es una auténtica tesoro y fundamentamos esta afirmación, principalmente en cuatro motivos:
    Primero.- Dory es un testigo presencial de primera mano, que participa en las acciones tomadas al inicio de la explotación del yacimiento y pocos años después publica su Memoria sobre Las Minas de Cobre y de Cobalto de Rioseco.
    Segundo.- La forma magistral con que traslada al papel sus experiencias, tanto desde el punto de vista profesional como personal.
    Tercero.- Que aún hoy, habiendo transcurrido más de ciento veinte años desde su publicación, sigue plenamente vigente, siendo un instrumento imprescindible para cuantos quieran acercarse al gran acontecimiento del descubrimiento de las Minas de Cobre y de Cobalto de Texeo.
   Cuarto.- El descubrimiento de estas Minas, plasmado por Dory en su Memoria, ha permitido poner al Concejo de Riosa en el candelero, permitiendo que fuera conocido a nivel mundial a finales del siglo XIX.
    
    SEGUNDO.-

    LAS NUEVAS INVESTIGACIONES SOBRE LAS MINAS DE TEXEO.-
    No se equivocaba el Sr. Dory en la conclusión final de su Memoria, tal como hemos reflejado, porque desde la fecha de su publicación (1893), hasta nuestros días se han llevado a cabo diferentes estudios y se han realizado diversidad de publicaciones, algunas de ellas profundamente científicas, sobre un tema de tanto interés como este. Igualmente se han desarrollado campañas de investigación arqueológica, que han dado lugar a descubrimientos sorprendentes.
De entre todas, nosotros queremos destacar las realizadas, en dos fases, por D. MIGUEL ANGEL DE BLAS CORTINA, Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo:
    - La primera en 1987 y cuyos resultados fueron recogidos en el trabajo denominado “Minas Prehistóricas del Aramo (Riosa)”. Campaña Arqueológica de 1987. Incluido en el Libro Excavaciones Arqueológica en Asturias (1987-1990). Principado de Asturias, Consejería de Cultura y Deportes. 1992.

Paulino Martínez Vázquez, fue el guía del Catedrático de la Universidad de Oviedo, D. Miguel Ángel De Blas Cortina, en las Minas de Texeo, al ser un perfecto conocedor de las mismas, debido a que trabajó en las mismas durante años, muchos de ellos como vigilante. Aquí le vemos después de salir de la mina. Esta foto fue utilizada por el catedrático en algunas de sus conferencias sobre este yacimiento, en agradecimiento por su colaboración:

Foto cedida por Laura Martínez Pello

- La segunda en 2005: Vista la importancia del yacimiento desde el punto de vista arqueológico y teniendo en cuenta los resultados de la primera campaña, en el año 2005, gracias al convenio suscrito entre la Universidad de Oviedo, la Consejería de Cultura, que cuenta con la colaboración de HUNOSA y el apoyo económico de Cajastur, se inicia una nueva Campaña Arqueológica, que ha permitido dar un gran impulso a los trabajos arqueológicos que se desarrollan en las minas prehistóricas de cobre y de cobalto de Texeo, en Rioseco (Riosa), trabajos que se encargan al mismo catedrático con quien colabora el ingeniero de minas D, Manuel Suárez utilizando mineros del Pozo Montsacro y que dieron como resultado el extraordinario hallazgo en el mes de julio de 2006 de un nuevo esqueleto completo, con una antigüedad de más de 4.000 años, en el lugar conocido como “Rincón de La Campa Les Mines”
    El propio catedrático manifestaba a la prensa su sorpresa ante el hallazgo producido, teniendo en cuenta que las Minas han sido explotadas desde la Prehistoria por distintas culturas; el mismo afirma que no hay en Europa ninguna mina prehistórica que reúna las singularidades de la riosana.
    El esqueleto se hallaba en un conducto estrecho y con pendiente muy fuerte, algo así como un tubo, en el paraje conocido como “Rincón de la Campa Les Mines”. Estaba tapado por escombros y teñido de sales de cobre como ocurre con los cráneos que hay en el Museo Arqueológico de Oviedo.

Esqueleto completo hallado en el mes de julio de 2006 en las Minas Prehistóricas de Cobre de Texeo (Riosa) por el Equipo de Investigación arqueológica del Catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, D. Miguel Ángel de Blas Cortina, que se halla depositado en el Museo Arqueológico de Asturias con una antigüedad entre 3.800 y 4.600 años:



    Conocida la datación de las localizaciones, el catedrático DE BLAS CORTINA, calcula que el esqueleto tiene entre 3.800 Y 4.600 años de antigüedad. Corresponde ahora a los expertos en antropología física determinar si corresponde a un hombre o a una mujer, si era joven o anciano, alto o bajo, musculoso o débil y se tenía alguna enfermedad. El cráneo no parece tener ninguna lesión visible aunque eso no quiere decir que no tuviera otras lesiones. Esto hace pensar que no murió en la mina, parece, más bien, que llevar los cuerpos a la mina, era un rito cultural, una ceremonia que deja ver la relación de los mineros con las minas y sus creencias.
    Lo cierto es que se han encontrado más de veintiséis esqueletos en las Minas de Texeo y que, según él, todos los estudios demuestran que no son producto de accidentes de mina sino que reutilizaban las galerías ya explotadas y abandonadas como lugares de enterramiento. Concluye diciendo que esta forma de enterrar a sus muertos era un rito de la cornisa cantábrica, ya que en otras minas de cobre del Continente europeo (Austria, Irlanda), no ha aparecido ninguno.
    Esta tesis ha sido desarrollada por el catedrático DE BLAS CORTINA, en un trabajo titulado “La mima como ámbito infra terreno y el cadáver como ofrenda ritual”. “A propósito de los esqueletos humanos hallados en las explotaciones cupríferas del Aramo”.Se trata de un trabajo integrado en el libro “Mineros y Fundidores en el inicio de la edad de los metales”. “El Midi francés y el Norte de la Península Ibérica”, editado con la coordinación y dirección de Julio Fernández Manzano y José Ignacio Herrán Martínez, publicado en 2003.
    Con la tesis del catedrático DE BLAS CORTINA, coincide Dª María Fernanda Fernández Gutiérrez, según recoge en la ponencia presentada en el IV Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero celebrado en Utrillas (Teruel) el 25 y 28 de setiembre de 2003, titulada “Nueva aproximación a las Minas de cobre y de cobalto de la Sierra del Aramo: La explotación contemporánea y el enclave de Rioseco-Riosa (Asturias)”
    No obstante, de esta tesis discrepa el equipo coleccionista minero investigador (GRUCOMI) que considera que los fósiles humanos de las Minas del Aramo, son consecuencia de un accidente de trabajo. Esgrimen tres argumentos para apoyar su afirmación:
    1º.- Todos los testimonios de quienes describen los restos empezando por el propio Dory (1893), no dudan que aquellos hombres murieron trabajando.
    2º.- Todos eran jóvenes o varones.
    3º.- Estaban acompañados de herramientas y no de abalorios, como suele ser más común en la preparación del viaje al más allá.
    Respecto a esta discrepancia hemos de decir lo siguiente:
   Tanto DE BLAS CORTINA, -aparte de otros razonamientos- como GRUCOMI, fundamentalmente, se basan, en la Memoria de Dory para apoyar sus tesis, concretamente en el siguiente párrafo:
“Los cuatro primeros esqueletos fueron hallados en una galería que por ese motivo, la denominan “de los esqueletos”; dos de ellos estaban cogidos por un hundimiento en el que encontraron la muerte, pues uno conservaba el martillo junto a su mano, los otros dos estaban sentados con las piernas juntas y la rodilla a la altura de la barba, teniendo también uno de ellos el martillo cerca de su mano. En esta postura enterraban a sus muertos los hombres primitivos.”
    DE BLAS CORTINA en la segunda parte del párrafo: “…los otros dos estaban sentados con las piernas juntas y la rodilla a la altura de la barba, teniendo también uno de ellos el martillo cerca de su mano. En esta postura enterraban a sus muertos los hombres primitivos.”
    GRUCOMI en la primera parte del párrafo: “…dos de ellos estaban cogidos por un hundimiento en el que encontraron la muerte, pues uno conservaba el martillo junto a su mano.”
    Sin entrar en disquisiciones, del análisis de lo escrito en la Memoria, la conclusión más lógica es que Dory pensara en las dos posibilidades: unos murieron en accidente y otros, la mayoría, eran enterramientos rituales, tal como defienden MIGUEL ANGEL DE BLAS CORTINA y MARIA FERNANDA FERNANDEZ GUTIERREZ.
    Retomando el hilo de la exposición, DE BLAS CORTINA, en su trabajo, manifiesta que, a día de hoy, es imposible conocer, con exactitud el número de esqueletos aparecidos en las Minas de Texeo –Rioseco (Riosa), debido a la dispersión que han sufrido y que ya lamentaba E. EGUREN (1918), hace noventa y cinco años y que también aconteció en hallazgos posteriores.
    Haciendo una recopilación desde el año en que fueron descubiertas las minas (1888) menciona, en primer lugar, dieciséis esqueletos computados por Dory; además, fueron medidos otros tres cráneos por EGUREN (1917-1918). En 1938 se produjo un nuevo hallazgo craneal y varios huesos largos en 1949. En 1950 aparecen dos nuevos cráneos además de otros huesos, varios fragmentos de otro cráneo y dos mandíbulas, una de ellas pertenecía a uno de los cráneos señalados (URIA 1950). En las Excavaciones realizadas por el propio DE BLAS CORTINA, en la campaña de 1987, se hallaron una mandíbula y varios huesos largos (de aquella se sabe su cronología radio carbónica: segundo milenio A.C.). A este resumido catálogo se le agrega otro cráneo inédito que fue depositado en el Museo Arqueológico de Oviedo en el año 1996, otro, del cual se ignora su destino y que estuvo en manos de un topógrafo de Mieres que trabajó en la última etapa de la explotación de las Minas, más otro más depositado en la Escuela Superior de Minas de la Universidad de Oviedo.
    En definitiva, el cómputo de fósiles humanos en las minas podría oscilar entre 26 individuos o 19, en el supuesto que los medidos por EGUREN procedieran del primer grupo y que uno de los hallados en 1950, fuera de los que circularon en manos de los particulares señalados.
    DE BLAS CORTINA señala, y con razón, que un grupo de entre 19 y 26 cadáveres descubre una realidad antropológica más que notable, aún excluyendo las referencias orales que no han podido ser contrastadas.
    Esto escribía el ilustre catedrático de la Universidad de Oviedo en 2003, pero en el año 2006, en el transcurso de las labores arqueológicas desarrolladas por el propio DE BLAS CORTINA, se descubre un nuevo esqueleto completo que habrá que añadir al catálogo.
    Por otra parte, también, de otros fósiles humanos hallados a los que se hace referencia de forma oral, bien por parte de los trabajadores de las cintas de escogido o bien por algunos de los trabajadores técnicos de la explotación en la última etapa, como a los que hace mención en el trabajo VALLE DE RIOSA, minero desde la Prehistoria, redactado por Pedro Fandós Rodríguez, José Antonio de San Antonio y Txema Ordóñez Fernández (GRUCOMI). En este trabajo se refieren a la colección de fósiles humanos en poder de D. Angel Vázquez, capataz de la explotación en su última etapa y fallecido en 2005, los cuales habían sido rescatados en 1960, un cráneo completo, otro incompleto y varios huesos largos, además de varios útiles de trabajo.
    Como experiencia personal puedo añadir que, en una de mis conversaciones con D. Ramón Iglesias Laviades, que había sido capataz jefe de las explotaciones en su última etapa, supe de la existencia de gran número de fósiles humanos y de herramientas de trabajo, martillos, mazas etc. que el guardaba en su casa de Colloto. Al ver que estaba interesado en conocer su colección me invitó a su casa y, puede contemplar la gran cantidad de fósiles que conservaba, sobre todo herramientas y útiles de trabajo utilizados por los mineros prehistóricos. D. Ramón los tenía depositados en grandes cajones de madera a modo de estantería en una de las habitaciones de su casa y se hallaban en perfecto estado de conservación. No he tenido conocimiento de cuál ha sido el destino de esta colección.
    Sería interesante que los propietarios de las colecciones particulares de fósiles humanos y herramientas de trabajo etc. procedentes de las Minas de Texeo-Rioseco (Riosa), como parece ser que existen, por lo anteriormente expuesto, depositaran su colecciones en algún museo asturiano, por qué no, riosano, donde todo el mundo pudiera contemplarlos y así admirar a nuestros mineros prehistóricos del cobre. La administración debería buscar el entendimiento con sus titulares, bien mediante convenios, acuerdos económicos, etc, de forma que pudieran reunirse todos estos fósiles, que son muchos, en un solo lugar, con lo que se conseguiría hacer un catálogo más exacto y completo que el actual.

TERCERO.-

TRAYECTORIA EN LA EXPLOTACIÓN DE LAS MINAS DE TEXEO –RIOSECO- (RIOSA).

    Desde casi el momento de su descubrimiento por parte del ingeniero belga VAN STRAALEN, las Minas de Texeo-Rioseco (Riosa) fueron explotadas sucesivamente por diferentes Compañías Industriales que, con mayor o menor éxito se prolongan hasta el año 1960, en el que se puede dar por terminada la actividad extractiva. Tras una primera fase (1888) de estudios previos y trabajos iniciales, se abre la iniciativa empresarial y así el propio VAN STRAALEN, constituye la Sociedad Anónima Minas del Aramo, con domicilio en Pola de Lena, denominando al yacimiento "Teresita"; forman parte de esta sociedad, aparte de Van Straalen, Ernesto Guilhou, Aquilino Cárcaba Heres, Jerónimo Ibrán y Casimiro González de Lena. La escritura se otorga en Pola de Lena ante el Notario Guillermo Blanco Villegas, con fecha 3 de mayo de 1892, inscribiéndose en el Registro Mercantil y de Bienes Muebles de Asturias Secc. 3ª, tomo 8, folio 90, hoja 87.(Rafael Pérez Lozano, en su libro Asturias e Inglaterra). El objeto de esta sociedad era la explotación de las minas de cobre y otros metales, con un capital social que se valoraba en 5.000 pts. (Mina Teresita y los registros Teresita 2ª, Teresita 3ª, Lolita y Lolita 2ª que aportaba y cedía Van Straalen, sitas en términos de Peña Blanca del Valle de Texeo, parroquia y término de Riosa y de otros que pudieran adquirirse en lo sucesivo; concretamente las tres Teresitas eran minas de cobre y de cobalto, de unas 30 ha. cada una y las Lolitas eran de hierro y se situaban en la meseta de la Sierra del Aramo.(Rafael Pérez Lozano, en su libro Asturias e Inglaterra). El primer Consejo de Administración estaba formado por personas de renombre: Presidente Ernesto Guilhou, hijo de Numa Guilhou, el Director, el propio Van Straalen, Secretario Aquilino Cárcaba y como Consejeros Jerónimo Ibrán y y Casimiro González (Mª. Fernanda Fernández Gutierrez). El capital inicial no concuerda con la importancia de los miembros del Consejo, ni con la importancia de la inversión económica que hubo de realizarse y que suponía la inmovilización en el primer año, que algunos cifran en 3 millones de libras (Jorge Diego Sánchez: Rioseco: Un poblado minero abandonado en la Sierra del Aramo Astura nº 7 Oviedo 1989).
    Los avances producidos en el primer año fueron importantes, según nos dice Dory en su Memoria de 1893. Precisamente, en el año anterior, se inician las labores para la construcción del asentamiento de Rioseco así como de las diversas instalaciones. Asimismo, también se realizan los trabajos de preparación previos a la extracción de metales y el planteamiento de una mejora de las comunicaciones. No obstante, debido a las condiciones orográficas de la zona que  hacen difícil el transporte del mineral hasta la Estación del Ferrocarril del Norte en Pola de Lena, incluso entre las bocaminas y las zonas de almacenamiento, la necesidad de lavaderos, el difícil acceso al enclave, la actividad se hace lenta y costosa.
    Ante este cúmulo de dificultades VAN STRAALEN, en 1894, se pone en contacto con sus amigos ingleses y el catalán Sebastián J. Barris, formando en conjunto una nueva compañía, La Real Asturias Cobalt Company Ltd. (Revista Minera). La prioridad de esta Compañía era la explotación del cobalto debido a su rentabilidad pero no fueron capaces de poner en marcha el yacimiento de las Minas de Texeo, terminando por desistir del proyecto (Rafael Pérez Lozano).
    En esta situación se forma una nueva empresa provisional denominada Sociedad Lena-Mieres (24-6-1897), bajo la dirección del ingeniero Alfonso Dory que, precisamente, ha dimitido de su puesto en Hulleras de Turón (Revista Minera). La provisionalidad de esta empresa es patente, ya que el 3 de julio de 1897, se constituye la Sociedad The Aramo Copper Mines en Londres, con un capital de 40.000 libras. Forman parte del proyecto el mismo Van Straalen; Zunz, E.R. Merton, H. Gardner y L. Corvilain, Secretario C.W. Aston Key.
    Con ello se da un nuevo impulso a la explotación del Aramo, se mejoran las minas, se instala un cable aéreo desde la bocamina al poblado, se perfeccionan las fraguas y otras instalaciones para una mejor obtención de las menas, se amplía o renueva las construcciones del poblado de Rioseco, dándole aspecto inglés.
    Se aborda el estudio para la construcción de una carretera – obra no terminada hasta 1904 – y se consiguieron en 1898 las primeras cien toneladas de mineral concentrado (Mª. Fernanda Fernández Gutiérrez). 

Anuncio del Distrito Minero de Oviedo, en el Boletín de la provincia de Oviedo nº 125, de fecha 07-06-1898, en el que se señala el 13 de junio y siguientes para el reconocimiento de los terrenos que D. Alejandro Van Straalen, apoderado de la sociedad  The Aramo Copper Mines Limited, pretende ocupar en El Cordal de La Segá y Valle de Texeo para la construcción de un camino de carro, dos planos inclinados, un tranvía aéreo y varios tramos de ferrocarril para el servicio de las Minas de cobre "Teresita" ( 8.050) y "Teresita" 2ª y otras pertenecientes a la sociedad:

    No obstante, durante el periodo inglés los beneficios que se obtienen son pocos ya que, las inversiones que sido necesario realizar para la puesta en marcha de las minas, han sido muy fuertes (Rafael Pérez Lozano-testimonio Ramón Iglesias Laviades).
    La actividad prosigue con altos y bajos, debido fundamentalmente, a los problemas que planteaba el transporte del mineral y a las variaciones en el precio del cobre; en el año 1913 se firma la escritura de resolución de la empresa.
    La reanudación de las actividades se demoró como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. En el año 1918, finalizada la primera Gran Guerra, las minas volvieron a manos de VAN STRAALEN, y su hermano político Mario Álvarez del Manzano. En el año 1919 se interrumpe la actividad de la empresa de forma tajante, no solo por la fluctuación del precio del cobre sino por razones ideológicas (Pedro Lorenzo y Diego Sánchez). Y es que, finalizada la contienda, se estableció una lista negra con los proveedores de Alemania y entre ellos figuraba el principal accionista de las Minas del Aramo que, además, era primo del Kaiser. Como consecuencia se cierra la explotación.
    La sociedad siguió manteniendo la titularidad de las minas, quedando a su cargo hasta 1924 un ingeniero inglés, cuya misión según nos cuentan los más viejos de la zona era: “subir diariamente a las minas, beberse una botella de coñag y escribir a su novia, carta que era llevada por el pinche a Pola de Lena a la vez que recogía el correo.” De las andanzas de este ingeniero inglés por la vertiente oriental del Aramo existen aún hoy algún vestigio: al margen de la carretera que desde el Alto de La Cobertoria va hasta la estación de T.V., en el Pico del Gamoniteiro, existen los restos de una cabaña por el construida que dio nombre al paraje que es conocido como “La Casa El Inglés”.
    Esta situación, como decimos, se mantuvo hasta 1924. Con la llegada al poder del General Primo de Rivera, se produce el resurgimiento de la explotaciones de cobre, como consecuencia de la política proteccionista (subvenciones) que dio lugar a la reanudación de la actividad en las Minas de Texeo, sobre todo del cobalto, que se exportaba a Francia a través de la Empresa del Sur.
    The Aramo Copper Mines Limited reinicia la explotación a finales de 1923 y trabaja casi durante una década vendiendo después a la Sociedad Minas del Aramo (Garre hermanos y Compañía). A finales de 1929, se construye un cable aéreo para el transporte de mineral desde las bocaminas al poblado de Rioseco (El Noroeste).
    Al instaurarse la República la explotación se paralizó, realizándose el mantenimiento imprescindible (1931-1936).
    La última etapa tiene lugar entre 1947-1960, siendo la empresa Minero Metalúrgica Asturiana S.L. (METASTUR) la titular del yacimiento. –Registro Mercantil y Bienes de Asturias – Escritura de fecha 1-2-1947, registrada el 22 de marzo de 1947. Estaba constituida por los hermanos, Julio, Manuel y Pablo Alonso Rato, como Sociedad Mercantil de responsabilidad limitada, con domicilio social en Oviedo y capital de tres millones de pesetas. En esta época de resurgimiento participan también M. Santamaría y el Coronel Ladreda (Alexander Olaizola: Un día en Riosa KRK 1999).
    Durante este periodo fue la explotación más importante de Asturias alcanzando como máximo histórico las 370 toneladas los años 1954 y 1955 (Manuel Gutiérrez Claverol y Carlos Luque Cabal, Recursos del Subsuelo de Asturias).
    Se reanuda la explotación minera con el fin de extraer cobre con destino a la planta química de Lugones así como también para la exportación del producto de inferior ley a Bilbao (Rafael Pérez Lozano y Jorge Diego).
    De esta última etapa de la explotación me vienen a la memoria recuerdos que ya llamaron mi atención en aquel momento, a pesar de mi corta edad:
    a) Por lo que se refiere al transporte del mineral: Cuando los camiones de marca FIAT y LANCIA, sobre todo el FIAT de morro chato y color azul, subían renqueantes debido al peso del mineral, por la carretera serpenteante que ascendía desde Rioseco hasta La Mesta, para después, por un trazado más apacible, llegar hasta el Alto del Cordal; allí podían elegir: seguir hasta Pola de Lena, Mieres, Padrún, Oviedo, Lugones; o bien bajar a La Vega de Riosa, Oviedo, Lugones. Los dos trazados fueron utilizados, pero el más corto y de menor dificultad era el de La Vega.
    b) Por lo que se refiere a los trabajadores: La gran cantidad de mujeres que, principalmente, trabajaban en las cintas de escogido del mineral, lavaderos y talleres. Vivían en los pueblos cercanos – Llamo, Les Texeres, La Cantera, El Huespe, Muriellos Felguera, Villamer y otros pueblos del concejo de Riosa. En general, todos los trabajadores, tanto hombres como mujeres, eran de Riosa o de los pueblos limítrofes de los Concejos de Lena, Quirós y Mieres. Estas mujeres guarda con cariño algunas fotografías que constituyen un auténtico testimonio de su paso por las Minas de Texeo. En aquella época, década de los cincuenta, no era muy corriente, ver tantas mujeres trabajar en labores mineras. Amada, nos dice los nombres de muchas de ellas, aunque nos advierte que había más:
Felguera: María Turón, Guillermina la de Anina.
La Cantera: Luz la de Pepito y Amelia.
Muriellos: Letrita, Rosaura y María Bernalda.
El Huespe: Angeles y Nieves.
Llamo: Argentina, Amada y Lumina, Rosario -Amable - y Gloria.
Les Texeres: Consuelo y María.
De Rozacaxil: Sabel, Amadita, Laura..
De San Adriano: Guillermina.
De Villamer: Josefa y Gelinos (hijas de Vicente Maria Talina)
De otros Concejos recuerda a Adela, Milagros y Elvira, de La Fabariega (Mieres).; de Lena, Berta Cortina del Bar La Maerá - Muñón, Conchita de Reconcos
Algunas de ellas se las mostramos a continuación:

Foto cedida por Amada Fdez. Hevia

Letrita (Muriellos), Amada (Llamo) y Luz (La Cantera), junto al plano inclinado por donde bajaba el mineral de cobre y de cobalto.


Foto cedida por Amada Fdez. Hevia

Amada,Tides (Candanal) y Luz

Foto cedida por Amada Fdez. Hevia.

Sabel (Rozacaxil), Amada (Llamo), Amadita (Rozacaxil), Consuelo Les Texeres) y Lumina (Llamo)


Primera mitad de la década de los años 1950-1960. Trabajador@s de las Minas de Cobre y de Cobalto de Texeo (Riosa). Sierra del Aramo.
De izquierda a derecha: Milagros, de La Fariega; Nieves, la del Huespe; ?, Lumina, la de Llamo; Consuelo, la de Les Texeres; Amores, el del economato; Amada, la de Llamo y Elvira de La Fariega.


Laura Villoria Vázquez de Rozacaxil (Riosa). Con 18-19 años, delante de unos de los camiones que transportaban el mineral, un "Lancia" con el volante a la derecha.


1951, trabajadoras del lavadero y de la cinta de escogío del mineral de cobre en Rioseco. Minas de Texeo (Riosa)

También les mostramos otra foto de 1957, en la que aparecen los trabajadores del taller:


Foto cedida por Juán Sánchez

Fila superior por la izquierda: (?),Juan, (?), Eduardo, Lino Les Texeres, Adrián, (?), Quico les Texeres, Gelín de Armá (?), José Pin (?). Segunda fila por la izquierda: Luciano de La Maramuñiz, Amado La Castañar, Arturo Camblor (vigilante), Santiago, Agustín, Aladino de La Maramuñiz.

    Igualmente nos cuenta Amada otros detalles :
-Que la empresa, según había oído a Aladino Alvarez, que estaba al cargo de las oficinas y a la vez era el practicante, en los últimos años antes de cerrar, llegó a tener cien obreros.
- Que las mujeres no trabajaban en el interior de la mina.
- Que, aparte de los trabajadores de Riosa, también había trabajadores de Lena, Mieres y Quirós, incluso que, algunos de los de Quirós, venían andando por el Puerto (Manuel, Quelino y Juan), más tarde se hospedaban en Llamo, en Casa Graciano (bar).
- Recuerda también Amada, que el Capataz Jefe era D. Ramón Iglesias Laviades y que otro de los capataces de la última etapa era D. Angel Vázquez, de Pola de Lena (Angel el del Plano).
- Asimismo nos dice quienes eran los vigilantes: Avelino Martínez, Paulino Martínez (de Llamo) Máximo Diaz (de Llamo), Arturo Camblor y Paulino Paredes, en el exterior.

CUARTO.-

EL POBLADO MINERO DE RIOSECO.-

Se encuentra a 7,2 Km. de La Vega de Riosa, a seiscientos cuarenta metros de altitud, sobre el pueblo de Llamo, en la vertiente oriental de la Sierra del Aramo, a los pies del Pico Villuriz, rodeado de naturaleza pura por todos su vientos. Ocupa una superficie de unos mil metros cuadrados y conforma un conjunto arqueológico industrial formado por:

1.- Cinco edificios:

- La casa del Ingeniero o de Dirección, “La Casona”. A día de hoy semiderruida (pendiente de restauración).
- El edificio de Los Servicios comunes (oficinas, economato, cantina). De este edificio solamente queda la planta semisótano.
- Tres edificios más destinados a viviendas de los mineros, con orientación S.-SE. ( restaurados)
- Un edificio auxiliar, destinado a las cuadras inicialmente y después a vivienda (restaurado).

    Las fechas claves de su construcción son dos:

    a) En 1892, año en que comienzan las obras. Un año después ya hay construidas viviendas, fraguas, instalaciones de preparación, transportes, oficinas y laboratorios (Dory 1893).
    b) En 1904 se concluyó la 2ª fase en la construcción del poblado, debido ya a la iniciativa inglesa, de ahí las características de los edificios construidos al más puro estilo inglés. Se construye también la carretera hasta el Alto del Cordal (Rafael Pérez Alonso).
    Según testimonio del que fue capataz jefe durante la explotación del yacimiento por la Minero Metalúrgica Asturiana S.L. (METASTUR), D. Ramón Iglesias Laviades, las obras del poblado fueron realizadas por el maestro de obras de Fábrica de Mieres, D. Vicente García.
    María Fernanda Fernández Gutiérez, en la Ponencia presentada en el IV Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico Minero celebrado en Utrillas (Teruel), 25 28 de setiembre 2003, titulada: "Nueva aproximación a las Minas de cobre y de cobalto de la Sierra del Aramo: La explotación contemporánea y el enclave de Rioseco, Riosa (Asturias)", aparte de realizar un muy interesante trabajo sobre las Minas de Texeo, (Riosa), también hace referencia al poblado de Rioseco, al que considera como PATRIMONIO INDUSTRIAL.
    Las construcciones nos dan una imagen bien diferenciada de lo que es la arquitectura tradicional de la zona. La presencia de ingenieros extranjeros, no hay duda que influye en las características constructivas de los edificios de este poblado, acercándolos a los modelos propios de la arquitectura industrial.
    Una de las características claras de estas construcciones son el ladrillo macizo de color rojo, utilizado en puertas, ventanas y esquinales y que fue fabricado en las inmediaciones del poblado, concretamente en la parte baja de la ladera que hay frente la entrada principal de la “La Casona”. Aún existen vestigios de tal actividad. Destaca sobre el resto de los edificios, La Casa del Ingeniero o de Dirección – “La Casona”, residencia también de los técnicos. Tiene unas dimensiones mucho mayores al resto de edificios, incluso en cuanto a su altura. Estaba dotada de planta baja, piso y piso bajo cubierta; la cubierta era a dos aguas. Por la parte norte disponía de cinco ventanales de gran amplitud, (tanto en la planta baja como en el piso primero), y en la parte sur cuatro (tanto en la planta baja como en el primer piso); la parte este, en la planta baja: dos ventanas de mayor tamaño en los extremos y otra en el centro de pequeñas dimensiones, en el piso primero un solo ventanal y en el bajo cubierta otro (ambos en el centro de la fachada); la fachada oeste disponía de tres ventanales, dos de grandes dimensiones en la planta baja y uno de menor dimensión en el bajo cubierta, la planta primera no tenía ningún hueco en esta fachada. Tenía una entrada principal por la cara sur y dos auxiliares por su fachada norte, que es donde estaba la cocina, los lavaderos y los servicios. Tenía una gran escalera de madera de castaño por la que se accedía al piso superior, la cual estaba dotada de una barandilla muy hermosa. En el piso superior había un gran salón, y los dormitorios, los cuales disponían todos de chimeneas, también había una cocina y un baño; el piso bajo cubierta era muy amplio y tenía iluminación a través de sendas ventanas pequeñas, una por la fachada Este y otro por la Oeste.
    En la planta baja estaba la cocina, era de grandes dimensiones, miraba a las fachadas norte y este, el pavimento era de baldosas blancas y negras; también tenía utensilios de cobre que llamaban la atención. En la fachada oeste había un gran salón con dos grandes ventanales.
    Debemos resaltar que en esta casa, la colocación del ladrillo macizo de color rojo, es diferente al lineal simple del resto de los edificios: dentados en los esquinales y las embocaduras se suman al resalte de la clave (Mª Fernanda Fernández Gutiérrez).
    La mayoría de estos detalles son recuerdo de mi infancia, ya que, si bien el poblado no disponía de Iglesia, el cura párroco de La Vega de Riosa, D. Nicanor López Brugos, en la última etapa de la explotación, periódicamente, subía a decir misa y yo le acompañaba como monaguillo, en algunas ocasiones; el recorrido lo hacíamos en moto, una MV de dos tiempos. Partíamos de La Vega en dirección Pola de Lena hasta El Alto del Cordal (7 Km.), nos desviábamos a la derecha en dirección a La Mesta (2,6 Km.) y desde aquí, bajábamos por la serpenteante carretera hasta el poblado. (3 Km.)
    El poblado disponía o dispuso de los siguientes servicios:

- *Comunicación telefónica: En el año 1892, existía comunicación telefónica entre Ablaña, donde residía el Ingeniero VAN STRAALEN, y Rioseco (Revista Minera 16 de setiembre de 1893,nº 1457)
- *Agua potable procedente de una captación realizada en las inmediaciones del Averón de Foz, donde, todavía hoy, se puede ver de dónde tomaban el agua.
- * Comunicación por carretera a través de La Mesta, hasta el Alto del Cordal, con salida a Pola de Lena, a partir del año 1904.
- *Suministro de energía eléctrica (a partir de 1947) tanto para el poblado como para las instalaciones, incluso hasta pie de las bocaminas (aún se pueden ver las casetas de los transformadores).
*Servicio médico, atendido por un practicante. En la última etapa de la empresa, el practicante era D. Aladino Alvarez, quien, una vez cesada la actividad de la empresa en el año 1960 pasó a desempeñar la misma función en el Pozo Montsacro, llegando a ser, también Alcalde del Ayuntamiento de Riosa.
    -*Economato.

2.-Instalaciones de producción:

    En un nivel superior, por encima del poblado formando una plataforma, existen restos de las siguientes instalaciones:
    a) Fundición para mata de cobre (se conserva la chimenea industrial): Según el testimonio de Amada, una de las trabajadoras de la última etapa, fue construida bajo la dirección de D. Eduardo, yerno de D. Julio Rato, uno de los dueños de la Empresa; como oficial de obra participó Lino Les Texeres; También trabajó en ella Antón de La Granxa. Tiene unos veinte metros de altura. Es rectangular, perfil decreciente en altura y motivos moldurados en su extremo superior.         En la base, cada uno de los lados tiene dos metros de longitud y en su extremo superior un metro y veinte centímetros aproximadamente. Está construida de ladrillo macizo de color rojo. Está perfectamente conservada. También nos dijo que la zona donde se ubica la chimenea se le llamaba "La Humeda" Muchos de estos datos se pueden apreciar en las fotos siguientes:
 Foto: José Luis Cabo Sariego

La chimenea aún conserva su esbeltez.
 Foto: José Luis Cabo Sariego

La Chimenea apunta al Pico Villuriz.
 Foto: José Luis Cabo Sariego.

El estado de conservación es perfecto.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

La anchura de los lados en la parte superior se puede conocer contando el número de ladrillos colocados (1.20 m. aproximadamente)

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de la chimenea de Rioseco con escalera hasta la cumbre.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de la chimenea de Rioseco con escalera hasta la cumbre:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de la chimenea de Rioseco con escalera hasta la cumbre.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de la Chimenea de Rioseco en la base de la misma.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Acceso a la base interior de la Chimenea de Rioseco.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Chimenea de Rioseco desde el acceso a su interior.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Chimenea de Rioseco desde el sur, con Peñamanteca al fondo.

    b) Plantas isodromía -concentración por mesa de gravitación- y de lixiviación amoniacal -vía húmeda amoniacal-, para la recuperación del cobre en los minerales de más baja ley o de los estériles del lavadero, con un contenido medio en cobre del 1%.
Realizada en mampostería de piedra y ladrillo, Se aprecia el enorme volumen de esta construcción, que debió estar unido al lavadero o zona de decantación. Efectuadas las labores de limpieza de las instalaciones en el año 2011 por FUCOMI, se aprecia con mayor detalle los restos que aún resisten el paso de los tiempos y que pueden verse con claridad en las fotos del panel informativo colocado en las inmediaciones de las mismas.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Lavaderos y Plantas de isodromía y lixiviación:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.
                                  
 Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

c) Lavadero o zona de decantación.

d) Laboratorio, prácticamente no existen vestigios de esta construcción, no obstante, según recuerdos de alguna de las visitas que realicé a la explotación, estaba en el extremo derecho de la plataforma, es decir al norte. Estaba orientado al Este y tenía una gran cristalera por su fachada principal. Según recuerdan Amada y Juán Sánchez, que también trabajó en Rioseco, uno de los químico se llamaba D. José Rodriguez y el otro D. Joaquín Marroquino.

QUINTO.- ESTRUCTURA Y REDES DE TRANSPORTE DEL MINERAL.-

    Una de las mayores preocupaciones de los dirigentes de las Minas de Texeo al iniciarse la explotación moderna del yacimiento a partir del descubrimiento de las labores prehistóricas por el ingeniero belga D. Alejandro Van Straalen, fue el transporte del mineral desde los pisos superiores (situados entre los 1.000 y 1.200 m) y el poblado de Rioseco.
    Una vez establecida la planta para el tratamiento del mineral por encima del poblado de Rioseco, concretamente en la zona conocida como "La Casa Candanal" o "Socavón de Rioseco", se estableció una estructura compleja para el transporte del mineral desde los pisos superiores.
En concreto:
- Un plano inclinado desde el piso 4º
( +1.175 m.) al piso 2º (+ 1.085 m).
- Un plano inclinado desde el piso 2º al piso 1º (+ 995 m)
- Cable de cubas desde el piso 1º a la planta de tratamiento (715 m.)
Reiniciada la explotación en la década de los años 40 - S.XX -, se eliminan los planos inclinados exteriores, utilizándose exclusivamente el transporte exterior por cable:
- Cable vaivén del piso 2º a la planta de tratamiento, configurado en dos tramos, con estación de transferencia intermedia, en el Seltu.
- Monocable, con motor eléctrico desde el piso 1º a la planta de tratamiento.
Por debajo de la plataforma de recogida del mineral estaba instalada una máquina "tromel" que se encargaba de depurar el mineral virgen que llegaba a través del cable aéreo. Según nos comentó Amada Hevia, que trabajó en las cintas de selección del mineral, este aparato producía un ruido ensordecedor.

En esta foto de Ricardo Rabaldana se puede ver la totalidad de la explotación de las Minas de Texeo, con los dos cables aéreos, el Plano inclinado entre el piso 2º y el 1º, la situación de las bocaminas y, en la parte baja, el poblado minero de Rioseco y la planta de tratamiento del mineral:


    En los últimos años de la explotación, la empresa METASTUR S.L. pretende eliminar este sistema de transporte para lo cual construye un transversal de 900 m. que comunique la planta de tratamiento con el fondo de mineralización, conocido como "La Casa Candanal" o Socavón de Rioseco.
    La construcción de transversales no es una novedad, ya que, en el año 1893, el ingeniero Alfonso Dory, autor de la Memoria publicado en la Revista Minera sobre las Minas prehistóricas de Cobre de Texeo, descubiertas por D. Alejandro Van Straalen en el año 1888, ya recomendaba su construcción para facilitar y abaratar el transporte del mineral de cobre desde las zonas de mineralización hasta la planta de tratamiento.

SEXTO.- SIGNOS DE MODERNIDAD Y ACTIVIDADES DE OCIO EN EL POBLADO MINERO DE RIOSECO, EN LA SIERRA DEL ARAMO.-

- En el año 1892.-
    En una de las varias conversaciones que mantuve con el que fue capataz jefe durante la explotación del yacimiento por la Minero Metalúrgica Asturiana S.A., D. Ramón Iglesias Laviades, me dijo que VAN STRAALEN, se casó con una lenénse y que el chalet donde vivía en Ablaña, disponía de conexión telefónica con Rioseco (1892). Esta última manifestación pudimos corroborarla en el artículo publicado por el Director de la Revista Minera, D. Román Oriol, el día 16 de setiembre de 1893 (nº 1457), titulado “La Prosperidad Industrial de Asturias”. En este artículo señala como signo de modernidad el que los hilos telefónicos no solo comuniquen poblaciones, sino que hasta han llegado a la agreste Sierra del Aramo como si quisiera ofrecer a los esqueletos de la edad de piedra, allí encontrados, el medio de comunicarse directamente con la actual sociedad. Como curiosidad decir que, en este punto tiene una llamada con nota a pie de página, en la que anuncia la publicación “…dentro de poco de una detallada descripción de esas curiosísimas minas prehistóricas que debemos a la amabilidad del ingeniero belga Alfonso Dory”. Extremo que se cumplió al publicarse la Memoria del ilustre ingeniero el día 1 de noviembre de 1893 y el 24 de noviembre de 1893.
-En la década de los 50:
    La llegada de turismos como el de la foto a Rioseco. Las trabajadoras de las minas aprovecharon para poner sus mejores galas y fotografiarse junto al coche. Parece ser que se trataba de un "americano" llamado Beni, cuyos padres eran oriundos de Llamo (se llama así a los españoles que habían emigrado a América), fundamentalmente a Estados Unidos, que alquiló este taxi para llegar a Rioseco. Había permanecido una temporada en el pueblo de Llamo y antes de marcharse quiso visitar Rioseco (se puede ver en la baca del coche sus maletas). La faya que se ve en la foto, aún existe, está en la parte llana de la pista antes de iniciar el descenso hacia el poblado.
Lumina y Amada:

Foto cedida por Amada


Esta es la faya, a día de hoy, al lado de la cual se hizo la foto del taxi y dos trabajadoras de Rioseco:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.
-La celebración de bailes:

    En la última etapa de la explotación, los domingos, según manifiestan algunas de las antiguas trabajadoras de las minas (Amada), se celebraba baile en el edificio donde estaban las oficinas y el economato, al que acudían jóvenes de todos los pueblos cercanos, tanto de Riosa como de Lena; según manifiesta, le llamaba la atención que venían muchos jóvenes de Villamer y de La Vega, al principio andando, y después los llevaba un camión de la Empresa, concretamente el FIAT azul de morro chato. También nos cuenta Amada que, en una ocasión, con motivo de la celebración de la festividad de Santa Bárbara, los dueños de la Empresa obsequiaron a los trabajadores con una comida a cuyo efecto se mató un "xatu" y después se celebró baile en el salón grande de la planta baja de "La Casona". Rioseco se convirtió así en punto de reunión de la juventud de todos los pueblos a la redonda. Había una actividad social muy superior a la de muchos pueblos de Riosa.
    Actividades tradicionales para los momentos de ocio:
    -Juego de los bolos:
El Juego de los bolos era otra de las distracciones de los mineros en los momentos de descanso. Todavía hoy se aprecia el lugar de emplazamiento de la bolera, al sur, delante del edificio de La Cantina y El Economato; se puede ver perfectamente donde estaba el castro - en él se armaban los bolos -.

Escenas cotidianas en Rioseco un día festivo. (1955-1960):


Escenas cotidianas en Rioseco un día festivo. (1955-1960):


Escenas cotidianas en Rioseco un día festivo. (1955-1960):


Escenas cotidianas en Rioseco un día festivo. (1955-1960):

SEPTIMO.-

REHABILITACIÓN DEL POBLADO MINERO DE RIOSECO.-

    Ya en en el mandato del Alcalde, D. Alfredo Álvarez Espina, se habían mantenido contactos con la familia Alonso Rato, dueña del poblado minero y titular de la concesión de las minas para la rehabilitación del complejo industrial de Rioseco-Texeo pero la negativa de la familia, en ese momento, fue tajante.
    A pesar de ello, El Ayuntamiento de Riosa siguió con la idea, teniendo en cuenta, por una parte, la gran importancia del yacimiento arqueológico de las Minas de Texeo y, por otra, considerando de interés, tanto, el resto de las instalaciones industriales como las edificaciones que constituían el antiguo poblado minero de Rioseco.
    A mediados de la década de los años 2000 se iniciaron de nuevo las gestiones para la adquisición de todo el recinto con la familia ALONSO RATO (Julia Alonso Fernández…), propietarios de la finca. En el año 2007 se hicieron los informes jurídicos y periciales pertinentes previos a la adquisición. Las negociaciones llevadas a cabo por el Sr. Alcalde, D. José Antonio Muñiz Álvarez culminan con éxito, firmándose, inicialmente, un contrato de opción de compra para después pasar al otorgamiento de la correspondiente escritura pública otorgada en Oviedo ante el Notario D. José Antonio Caicoya Cores, con fecha 8 de octubre de 2009. En su virtud, el Ayuntamiento de Riosa adquiere todo el recinto del poblado minero y varias fincas más que rodean el Poblado.
    En una segunda fase, con la colaboración del Principado de Asturias, se inician los trabajos de limpieza de las instalaciones y de los edificios, concretamente, los tres edificios que habían estado destinados a viviendas para los mineros y el edificio auxiliar donde ubicaban las cuadras. Fueron restauradas en los años 2010-2011, mediante el Taller de Empleo Sierra del Aramo II, promovido por FUCOMI y financiado por el Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias, El fondo Social Europeo y el Ministerio de Trabajo. Resta por restaurar “La Casona”, edificio donde se ubicaba la Dirección y el edificio que se destinaba a oficinas, economato y cantina, del que solo queda la planta semisótano.

Vista del poblado de Rioseco e instalaciones:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vista del Poblado, instalaciones y canal por donde subía el camino hasta las bocaminas (52 revueltas) y discurría el cable aéreo de transporte del mineral hasta las instalaciones de tratamiento en el poblado:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado Minero e instalaciones, desde La Campa Gil Robles:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado Minero e instalaciones:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado Minero:

Poblado minero de Rioseco (Riosa) a los pies del Picu Villuriz:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado minero de las minas de cobre y de cobalto de Texeo en Rioseco (Riosa), desde el Picu Villuriz:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado minero de Rioseco y restos del patrimonio industrial de las minas de Texeo, (Riosa), desde el Picu Villuriz:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos del patrimonio industrial de las minas de Texeo, en Rioseco (Riosa), desde el Picu Villuriz:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Dos de los edificios restaurados:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otro de los edificios restaurados:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Edificio restaurado:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Parte posterior de los  tres edificios restaurados y que se destinaban a viviendas de los mineros:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Edificio auxiliar, también restaurado en los años 2010-2011, destinado, en un principio, a albergar  las cuadras y, posteriormente,  utilizado como vivienda:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado minero de Rioseco, restaurado parcialmente entre 2010-2011 por FUCOMI:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Cartel informativo de la restauración realizada en 2010- 2011 por FUCOMI:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Estado de los edificios destinados a viviendas de los mineros antes de ser restaurados en el año 2011:

Fuente Periódico de Riosa

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Estado de los edificios destinados a viviendas de los mineros antes de ser restaurados en el año 2011.En la parte baja,  La Casona, Casa del Ingeniero o Dirección (a día de hoy no ha sido restaurada):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Edificios  de mineros en el poblado de Rioseco, antes de ser restaurados en el año 2011:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Estado actual de la casa del Ingeniero –Dirección-, “La Casona”, aún sin restaurar:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada principal de la casa del Ingeniero –Dirección- “La Casona”, aún sin restaurar:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Del edificio en que se encontraban las oficinas, el economato y la cantina, solo queda la planta semisótano:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Por lo que se refiere a las Minas de Texeo, propiamente dichas, se hallan ubicadas dentro del Monte de Utilidad Pública “ Puertos Guariza y Las Segadas, nº 264 del Catálogo Provincial, del que es titular el Ayuntamiento de Riosa.
OCTAVO.-
ACCESOS ACTUALES DESDE RIOSA.-
Al poblado minero de Rioseco y, posteriormente, a las Minas Prehistóricas de Texeo se puede acceder de la siguiente manera:
1º.- A través de la carretera AS-231, desde La Vega de Riosa, dirección Pola de Lena, hasta el Alto del Cordal (7 Km.).Allí, se toma la desviación a la derecha, discurriendo por una carretera estrecha hasta el lugar conocido como La Mesta (2,6 Km.). En este punto, en la bifurcación existente, se toma la desviación a la derecha y se baja por una pista serpenteante que llega hasta el poblado (3 Km.). Doce kilómetros y seiscientos metros en total.
- Acceso desde La Mesta:

Bifurcación en La Mesta, a la izquierda hacia Espines de Foz; a la derecha, hacia Rioseco y Minas de Texeo:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

En la parte superior de la foto, se ve por donde discurre la carretera hasta llegar a La Mesta; en la parte derecha, la pista baja zigzagueante hasta Rioseco:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

En la bajada podemos ver la Mata de Foz y La Polea, en su ascensión hasta el pico Villuriz:



Foto: José Luis Cabo Sariego.

La pista que baja de La Mesta, en su parte final discurre entre arbolado y es muy húmeda:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Manantial donde se captaba el agua para el poblado, en las inmediaciones del Averón de Foz, al lado de la pista procedente de La Mesta:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada  al poblado:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

2º.- Desde La Vega de Riosa, cogiendo la carretera RI-6 La Vega-Llamo (6 km.). Aquí se toma una pista de hormigón que baja hasta el río Llamo. Una vez cruzado, se inicia una fuerte  subida hasta llegar al poblado (1 Km.)

  - Acceso desde Llamo:

En la parte inferior de la foto puede verse el camino que parte de Llamo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Camino antes de cruzar el río Llamo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Camino antes de cruzar el río Llamo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Puente sobre el río Llamo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

El inicio de la pista es muy pendiente:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

A mitad de camino ya se pueda ver el Pico Villuriz, a cuyos pies se encuentra el Poblado minero de Rioseco:

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada al poblado de Rioseco:

Foto: José Luis Cabo Sariego

Viviendas de los mineros restauradas en el año 2011:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

- Acceso desde el poblado a Las Minas Prehistóricas.-

      Desde el poblado minero, se accede a las Minas de Texeo por un camino serpenteante y con fuerte pendiente, con 52 revueltas (Dory). Los piso 1º;2; y 3º están a la altura de la Campa Texeo y las antiguas Minas Prehistóricas ( 4º piso), El Socavón en La Campa Les Mines. (En el paraje conocido como Rincón de la Campa Les Mines, fue hallado en el año 2006, el último esqueleto completo, por el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, D, MIGUEL ÁNGEL DE BLAS CORTINA). Poco más arriba y hacia la izquierda, las minas más antiguas (El Arrebolleu).

NOVENO.-

REPORTAJE FOTOGRÁFICO.-

   Como parte final de este trabajo plasmamos el estado actual de las explotaciones con el siguiente reportaje fotográfico, en el que se podrá ver:

   1º.- El poblado, los restos de las instalaciones.

  2º.- Las distintas bocaminas y algunas de las galerías de los pisos 1º; 2; 3º y 4º y, como colofón, las minas prehistóricas, tanto por el exterior como por el interior.



1º.- Poblado e instalaciones:

Poblado minero e instalaciones de tratamiento y lavado del mineral. En esta foto se aprecia perfectamente por donde discurría el canal procedente de la planta de tratamiento  y lavaderos y que conducía los restos sólidos, agua, etc. hasta la presa  y depósito de estos materiales. También se pueden ver perfectamente, en la parte superior izquierda la pista que, accede desde la Mesta hasta el poblado y en la parte derecha, en la parte baja entre el arbolado, la pista que accede desde el pueblo de Llamo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Planta de lixiviación y lavaderos:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vista del poblado minero e instalaciones desde la Campa Gil Robles:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada principal del primero de los edificios restaurados a la entrada en el poblado  desde Llamo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachadas principales de dos de los  edificios de viviendas de mineros restaurados en el año 2011:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachadas principales de los tres edificios de viviendas de mineros restaurados en el año 2011:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Parte posterior de los tres edificios de viviendas de  los mineros  restaurados en 2011:

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Edificio auxiliar inicialmente destinado a cuadras y después a vivienda:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Poblado minero de Rioseco. Han sido restaurados  en el año 2011 los edificios que estaban destinadas a viviendas de los mineros(tres) y otro edificio auxiliar que, inicialmente, estuvo destinado a cuadras y, posteriormente, también a vivienda:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachadas Oeste y Sur, exteriores, de "La Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada sur, (principal) exterior, de "La Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada este, exterior, de "La Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Desde la fachada este, exterior, se puede ver esta imagen del Pico Villuriz, a través de la venta del piso bajo cubierta:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada oeste, exterior, de "La Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada sur, interior, de "La Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada este y parte de la sur, interior, de la "Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada norte exterior de "La Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada norte, interior, de la "Casona":

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Fachada Oeste(interior) de "La Casona".

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Ventana del piso bajo cubierta  de la Casa de Dirección (La Casona), cara oeste interior. Se puede observar los restos de una de las chimeneas. El pico Villuriz corona el cumbre:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Depósito de los restos sólidos, después las labores de lavado y selección del mineral, que aún hoy existe por detrás de la presa: 

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Depósito de los restos sólidos que aún hoy existen por detrás de la presa: 

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Presa de contención de los restos sólidos después de ser tratado y lavado el mineral:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

El canal procedente de  las instalaciones de tratamiento del  mineral y  los lavaderos, por donde bajaban los restos de la ganga (arena y piedras pequeñas, agua etc,),  para llegar hasta la zona de depósito por debajo del poblado, donde existía una presa para contener la parte solida,  tenía tramos descubiertos y otros cubiertos como el que aparece en la foto:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Planta de lixiviación: 

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vista general de la planta de lixiviación y de los lavaderos. En las fotos siguientes alguna de sus partes:

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos de la caseta del transformador y de parte de la planta de lixiviación:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

La Chimenea, a pesar del tiempo transcurrido, permanece esbelta y erguida:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

La Chimenea parece querer medirse con el pico Villuriz, hacia donde apunta:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

La chimenea  se encuentra perfectamente conservada a pesar del tiempo transcurrido desde su construcción. En la base los cuatro lados miden dos metros respectivamente. En la parte superior cada lado mide,  respectivamente, un metro y veinte centímetros aproximadamente:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

La parte superior de la chimenea es moldurada:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de la chimenea de Rioseco. Se puede ver la escalera que sube hasta la parte superior de la misma:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de la chimenea de Rioseco. Se puede ver la escalera que sube hasta la parte superior de la misma:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Base de la chimenea (interior):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Acceso al interior de la chimenea:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vista de la chimenea desde la base por donde se accede al interior:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Chimenea de Rioseco desde el sur:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

- 2º.- Bocaminas de los distintos pisos, restos de instalaciones y de  los medios de transporte y  minas prehistóricas. 

Transversal de la Casa Candanal:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Campa Texeo y Campa Les Mines desde el Picu Villuriz:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vista de parte de las 52 revueltas del camino de acceso a las Minas de Texeo desde Rioseco, construido así para salvar la fuerte pendiente. Según Alfonso Dory, autor de la famosa Memoria sobre la Minas  de Texeo, publicada en el mes de noviembre de 1893 en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería, el camino había sido ejecutado en el año anterior (1892). 
Foto tomada desde el Picu Villuriz:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Campa Texeo:

 Foto: José Luis Cabo Sariego

Vista de parte de las 52 revueltas del camino de acceso a las Minas de Texeo desde Rioseco, construido así para salvar la fuerte pendiente. Según Alfonso Dory, autor de la famosa Memoria sobre la Minas  de Texeo, publicada en el mes de noviembre de 1893 en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería, el camino había sido ejecutado en el año anterior (1892). 
Foto tomada desde el Picu Villuriz:

 Foto: José Luis Cabo Sariego. 

Vista de parte de las 52 revueltas del camino de acceso a las Minas de Texeo desde Rioseco, construido así para salvar la fuerte pendiente. Según Alfonso Dory, autor de la famosa Memoria sobre la Minas de Texeo, publicada en el mes de noviembre de 1893 en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería en noviembre de 1892, el camino había sido ejecutado en el año anterior (1892). 

Foto tomada desde el Picu Villuriz:

 Foto: José Luis Cabo Sariego

Bocamina:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Bocamina:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Galería:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Salida de la galería. Se puede ver el pico LLosorio en el horizonte:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Bocamina en el piso 2º. A su izquierda estaba la fragua:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos del edificio que albergaba la oficina  del capataz y las duchas:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos del edificio que albergaba la oficina  del capataz y las duchas:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

En esta fotografía de Ricardo Rabaldana, podemos ver el estado de la oficina del capataz en el año 1990:


  Galería:

Foto: José Luis Cabo Sariego.
Foto:
          
                  Foto: José Luis Cabo Sariego. 
     
  Foto: José Luis Cabo Sariego.

Lugar de salida de uno de los cables  aéreos hasta las instalaciones de Rioseco en el piso 1º:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Tubería  que iba de la caseta de compresores   a la bocamina:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Lugar donde se hallaba la caseta de los compresores:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

 - 3º.-Minas Prehistóricas.-

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón. Según el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, D. Miguel Ángel De Blás, este enorme "trisquel" de huecos mineros  fue publicado, en alguna ocasión, como prehistórico, sin embargo  es de mediados del siglo XX (explotación a cielo abierto del filón Metastur por la empresa del mismo nombre (1947-1960):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas en La Campa Les Mines. El Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

El Socavón. En La Campa Les Mines:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada a las Minas de Cobre de Texeo (Riosa), por el Socavón:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

  Bóvedas y pilares similares a este de época moderna  se halla en el interior de las minas. Fue durante la explotación moderna cuando se franquearon amplias entradas como esta del Socavón o la del Arrebolleu, de ahí que se puedan ver desde el exterior:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Detalle de una cuña de la época  de la explotación moderna:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Otro de los pilares en el interior:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Pozo vertical de más 30 m. de la época de explotación moderna:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Pozo vertical de más 30 m.:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Pozo vertical de más 30 m.:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vetas de mineral  de cobre (malaquita y azurita) en el interior de las Minas:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vetas de mineral  de cobre (malaquita y azurita) en el interior de las Minas:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Vetas de mineral  de cobre (malaquita y azurita) en el interior de las Minas:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos de un carretillo de la época de la explotación moderna:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Bajando por un plano inclinado en el interior de la mina:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de las Minas Prehistóricas entrando por el Socavón. En esta foto ya se ven vestigios de la explotación moderna, como las tuberías que desde los compresores situados en exterior, en el piso 2º, alimentaban los martillos perforadores utilizados para barrenar:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otro de los pilares  en el interior:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Esta vagoneta permanece, en la actualidad, en una zona de descarga del mineral como testigo mudo de la actividad desarrollada en la última etapa de la explotación de las Minas (1947-1960):

 Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

 FotoJosé Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto cedida por Honorino Ruiz

Otra vagoneta en un punto diferente de la explotación:

Foto: Sebi Alonso

Durante la explotación de las minas en la época moderna se utilizaron martillos perforadores. El aire se llevaba mediante estas tuberías y, en algunos puntos, para extraer el agua que se formaba por la condensación se utilizaban estos bombos cilíndricos con una llave en la parte baja, para purgar. De esta forma los martillos no resultaban dañados por la corrosión:

Foto: Sebi Alonso

Durante la explotación de las minas en la época moderna  se utilizaron martillos perforadores. El aire se llevaba mediante estas tuberías y, en algunos puntos, para extraer el agua que se formaba por la condensación se utilizaban estos bombos cilíndricos con una llave en la parte baja, para purgar. De esta forma los martillos no resultaban dañados por la corrosión:























Foto: Sebi Alonso

En alguna de las galerías de la explotación. aún se pueden ver vagones  enganchados como los de la  foto:



Foto: Sebi Alonso

En alguna de las galerías de la explotación  aún se pueden ver vagones  enganchados como los de la  foto:



Foto: Sebi Alonso

Aislantes para los cables:

Foto: Sebi Alonso

Pilares, arcos rebajados ..., en el interior de las mimas:

Foto cedida por Honorino Ruiz

Detalle de un cargadero:

Foto cedida por Honorino Ruiz

Tubería de alimentación de los martillos perforadores con los que se barrenaba:

Foto cedida por Honorino Ruiz

Restos de una pala en el el interior de las Minas de Texeo:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos de una pala en el el interior de las Minas de Texeo:


 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior  de las Minas de Cobre y Cobalto de Texeo (Riosa). Se pueden ver restos de la explotación moderna como es la tubería para el aire de los martillos perforadores:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto cedida por Honorino Ruiz

Entibación de madera en una de las galerías de la época de la explotación moderna:

Foto: José Luis Cabo Sariego.
Entibación de madera en una de las galerías de la época de la explotación moderna:

Foto cedida por Honorino Ruiz

En esta imagen se pueden ver  distintos niveles de la explotación:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Cruce de vías para acceso a dos galerías:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Pozo de comunicación entre niveles distintos  tapado:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Cargadero de mineral:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Coladero tapado:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otro de los cargaderos en una de las galerías:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Galeria, en la que aparece un cargadero y en la que aún se conserva la vía de la época de la explotación moderna:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Veta de mineral de cobre, principalmente azurita:

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Mineral de cobre (Azurita y malaquita):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Veta de mineral :


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Veta de mineral de cobre (Azurita y malaquita) :

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Veta de mineral de cobre (malaquita) :


Azurita:


Junto a pasos muy estrechos, también hay muchas bóvedas como esta:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Salida de Las Minas por El Socavón:


Foto: José Luis Cabo Sariego.
Este es el aspecto del Socavón desde  el interior. Los pilares de apoyos son columnas de gran belleza:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Aspecto del Socavón desde el interior:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Aspecto del Socavón desde el interior. Detalles de las columnas o pilares en la sobrexcavación  a cielo abierto en el filón Metastur realizada en la época de la explotación moderna (1947-1960),:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Aspecto del Socavón desde el interior:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Detalles de las columnas o pilares en la sobrexcavación  a cielo abierto en el filón Metastur realizada en la época de la explotación moderna (1947-1960), en el paraje del Socavón:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Bocamina antigua:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Bocamina con restos  de una vagoneta en la bocamina del piso 4º:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Bocamina con restos de una vagoneta en el piso 4º:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Rincón de La Campa Les Mines, entrada de una de las explotaciones antiguas, lugar donde fue hallado un esqueleto completo de más  cuatro mil años, en Julio de 2006, por el catedrático de La Universidad de Oviedo, D. Miguel Ángel de Blas Cortina.  Campaña de excavaciones arqueológicas iniciada en el año 2005. 
Este es el "Punto de Partida", lugar donde se colocó la estaca de la concesión minera de "Teresira", solicitada por D. Alejandro Van Straalen en noviembre de 1888. A través de esta entrada, se accede a los vestigios más interesantes de la explotación prehistórica en el Calcolítico tardío:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Rincón de La Campa Les Mines, entrada de una de las explotaciones antiguas. Este es el "Punto de Partida", lugar donde se colocó la estaca de la concesión minera de "Teresira", solicitada por D. Alejandro Van Straalen en noviembre de 1888. A través de esta entrada, se accede a los vestigios más interesantes de la explotación prehistórica en el Calcolítico tardío:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Explotación antigua. Rincón de la Campa Les Mines. Este es el "Punto de Partida", lugar donde se colocó la estaca de la concesión minera de "Teresira", solicitada por D. Alejandro Van Straalen en noviembre de 1888. A través de esta entrada, se accede a los vestigios más interesantes de la explotación prehistórica en el Calcolítico tardío:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

En estas fotos se pueden apreciar los hermosos pilares en que se apoyan los arcos rebajados admirablemente trazados:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto cedida por Honorino Ruiz

Foto cedida por Honorino Ruiz

Foto cedida por Honorino Ruiz

Foto cedida por Honorino Ruiz

Foto cedida por Honorino Ruiz

Lugar donde apareció el esqueleto hallado por el catedrático de la Universidad de Oviedo, D. Miguel Angel de Blas Cortina en el mes de julio de 2006:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

El pilar que aparece en esta foto es de gran belleza:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otra imagen  de pilares  entre los hastiales:



Foto: José Luis Cabo Sariego.

Pilar de apoyo y detalle de los arcos rebajados:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

En esta foto se aprecia aún mejor los pilares de apoyo de los hastiales y los arcos rebajados en el punto de inicio, en la explotación prehistórica:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otra bocamina antigua.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otra de las bocaminas antiguas:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Pozo vertical en la zona  del Arrebolleu (filón San Felipe):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

En estas fotos podemos ver la entrada de las Minas Prehistóricas de Texeo por El Arrebolleu (sobre excavación en la entrada del Filón San Felipe llevada a cabo poco tiempo después del redescubrimiento).
Los mineros del cobre, hace más de cuatro mil quinientos años, con los medios rudimentarios de que disponían, esculpieron y cincelaron la roca caliza, extrayendo el mineral y dejando bellos pilares y arcos rebajados, sin embargo, los que aparecen en las siguientes fotos de la entrada del Arrebolléu, son de pocos años después del redescubrimiento de las minas en el año 1888. Se franquearon para una mejor explotación de las minas y figuran en los grabados realizados por el cuñado de D. Alejandro Van Straalen, D. Mario Álvarez el Manzano, quien participó activamente en las primeros trabajos en el inicio de la explotación. Fueron publicados en la Memoria de D. Alfonso Dory en la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería de Madrid en el años 1893:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada franqueada en el Arrebolleu para una mejor explotación de las minas. Figura en los grabados realizados por el cuñado de D. Alejandro Van Straalen, D. Mario Álvarez el Manzano, quien participó activamente en las primeros trabajos en el inicio de la explotación a partir de 1888. Fueron publicados en la Memoria de D. Alfonso Dory en la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería de Madrid en el años 1893:


El Arrebolleu (sobre excavación en la entrada del Filón San Felipe llevada a cabo poco tiempo después del redescubrimiento):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas. El Arrebolleu (filón San Felipe):


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas de Texeo (Riosa). El Arrebolleu (filón San Felipe):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas. El Arrebolleu

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Minas Prehistóricas. El Arrebolleu:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada lateral 
en El Arrebolleu por la que se accede al interior de la explotación prehistórica de las minas de Texeo:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada lateral en El Arrebolleu por la que se accede al interior de la explotación prehistórica de las minas de Texeo (vista desde el interior):

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Interior de las minas de Texeo, en El Arrebolleu:

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Saliendo al exterior en las minas de Texeo, en El Arrebolleu:


 Foto: José Luis Cabo Sariego.

 El Arrebolleu. Minas de Cobre y Cobalto de Texeo (Riosa):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otra de las bocaminas antiguas:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Entrada de las minas prehistóricas en su explotación más antigua. El Arrebolleu (filón San Felipe):

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Una de la bocaminas antiguas  en el piso tercero:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Casa del Ingeniero. Al pie de las bocaminas:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

En extremo norte del piso 2º, podemos ver esta rueda que sujetaba el cable  aéreo que transportaba el mineral de las bocaminas hasta las instalaciones del poblado de Rioseco, donde se seleccionaba y se lavaba:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Plataforma desde donde se iniciaba el transporte mediante el cable aéreo en el piso 2º de la explotación moderna:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Restos de una de las cazoletas  que transportaba el mineral (piso 2º):

 Foto: José Luis Cabo Sariego.

Uno de los apoyos del cable aéreo en el lugar conocido como El Seltu:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Edificio en el piso 2º donde se ubicaba la maquinaria para el arrastre de las vagonetas del plano inclinado. La parte superior del muro de piedra ha sido añadida, ya que en esa parte el edificio tenía un hueco por donde salían los cables de arrastre:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

En La Campa Texeo, cubierta de maleza se puede ver un tramo de la plataforma por donde discurría el plano inclinado:


Foto: José Luis Cabo Sariego.

Detrás del ganado, podemos ver otro tramo del plano inclinado en La Campa de Texeo:

Foto: José Luis Cabo Sariego.

Otro tramo del plano inclinado en La Campa Texeo:


Foto: José Luis Cabo Sariego.
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*   ALFONSO DORY -ALPHONSE DORY Y DE VILLERS-, nació en el año 1860 en Moresnet (Belgica). Es autor de las siguientes publicaciones:  
- Memoria publicada en 1893 en la Revista Minera Metalúrgica y de Ingeniería  de Madrid -fechado el 01-01-1893 y  publicado, en su primera parte, el 1 de noviembre de 1893 (número 1.463) y la segunda, EL 24 de noviembre de 1893 (número 1.466), con el título “Las minas antiguas de cobre y cobalto del Aramo”.
- “Les Mines préhistoriques del´Aramo (Asturies)”. 
Les mines de l'Aramo au point de vue industriel
- Le mercure dans les Asturies.
La crise des charbons y Statistique miniere.
Estos tres últimos trabajos publicados en el año 1894 en la Revista belga "Revue Universelle des Mines (Cuyper), de la métallurgie, des travaux publics et des arts appliqués a l´industrie" y en "Publications de la Societé des ingenieurs sortis de l´Ecole d´Industrie  et des Mines de Hainaut".  
Riosa, 15 de junio de 2013
José Luis Cabo Sariego




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