MATA (BOSQUE) DE FAYES (HAYAS) DE SOLLOZAN (RIOSA)

"Mata de fayes de Sollozán" en otoño -seronda -:


    La "Mata de fayes de Sollozán", se halla situada en el Valle de Llamo (Riosa), cerca del pueblo de Llamo - al noroeste del mismo -, en la falda de la vertiente oriental de la Sierra L´Aramo. Está delimitada por el oeste por la "Pena La Carbayosa", contra la que se estrella; esta peña es lo que los habitantes de la zona denominan una "llucia" -roca lisa casi vertical -, sobre la que se encuentra otra mata de "fayes" -hayas - que recibe el nombre de "Mata la Carbayosa"; y por el este, por los prados de "Sollozán". Es un hayedo con ejemplares centenarios, hasta incluso nos atrevemos a decir que, algunos de ellos, podrían ser milenarios.
   Se puede acceder a la misma, bien desde el pueblo de Llamo, por el antiguo camino de iglesia, que comunicaba el pueblo con la capital del Concejo, primero Felguera hasta 1880 y, después, La Vega, a partir de ese año. Avanzamos en dirección noroeste hasta llegar a la altura del prado llamado "La Torna", situado en la parte inferior del camino. En este punto es preciso desviarse hacía el oeste,  por los prados de "Sollozán", hasta llegar a la mata. También, se puede acceder, de forma más directa desde la carretera de La Vega a Llamo (RI-6). A la altura de la portilla de acceso  desde la carretera al prado "La Torna", a unos 700 m. antes de Llamo, nos introducimos por la "saltaera" existente al lado de la portilla continuando por un sendero ascendente que atraviesa la conducción de agua para Oviedo procedente del manantial de los Gueyos del Río Llamo hasta llegar, en la parte superior de la finca, a las inmediaciones de la cuadra, donde otra "saltaera", nos lleva al antiguo camino de Iglesia de La Vega a Llamo. Caminamos por él en dirección sur, unos cincuenta metros y nos desviamos a la derecha por la portilla de los prados de "Sollozán". Se asienta sobre un terreno irregular, en su mayor parte, en el que predominan las piedras de caliza.
    La "Mata de Sollozán"  no es de grandes dimensiones, sin embargo, el recorrido por su interior no es nada fácil, precisamente debido a la existencia de rocas calizas caídas por toda ella durante cientos de años procedentes de la ladera oriental de la Sierra L´Aramo, sobre todo en su parte más alta, la más cercana a la "Cueva el Moro", donde la pendiente se acentúa, solamente, en la parte más baja, existen algunas zonas de pequeños valles  en los que es más fácil transitar.  

Situación de la "Mata de fayes de Sollozán", en el Valle de Llamo (Riosa). Está delimitada por el oeste por la "Pena La Carbayosa" y la, también, mata de fayes de su mismo nombre y, por el este por los prados de "Sollozán",  en la falda de la vertiente oriental de la Sierra L´Aramo:


"Mata de fayes de Sollozán" en Otoño -seronda -, vista desde la "Ventana L´Abeduriu":


    Conocimos este hermoso lugar en verano, cuando fuimos a visitar la "Cueva el Moro" a la que se refiere el ingeniero belga, D. Alfonso Dory, cuando publica la memoria titulada “Las minas antiguas de cobre y cobalto del Aramo” en la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería de Madrid (1 de noviembre de 1893), sobre  el descubrimiento de la antiguas Minas Prehistóricas de cobre en Texeo por parte de su compatriota, el también ingeniero, D. Alejandro Van Straalen en  el mes de septiembre del año 1888.

Entrada de la "Cueva el Moro", situada en la parte superior de la "Mata de Sollozán" - oeste -: 


    Cuando vistamos la mata por primera vez, como comentábamos,  era verano y nos causó una gran impresión por lo que pensamos que en la seronda (otoño), su aspecto  sería aún más espectacular, con el suelo rocoso en el que hunden sus raíces los imponentes ejemplares de fayes, cubierto de un manto de hojas de color ocre, que contrasta con el verdor, de los helechos (falso helecho macho /dryopteris affinis- en Riosa benceyes-), (el helecho lengua de ciervo o escolopendra (Asplenium scolopendrium..); el helecho  polystichum lonchitis (L.); el falso acebo (ruscus aculeatus); laureola (daphane laureola); distintas variedades de setas ...; la hiedra común (hedera helix); sanalotodo (hipericum androsaemun); el "mofo" (musgo), de varias clase, que cubre las rocas y algunos árboles o el colorido tan característico y variado de las hojas de les fayes -hayas- en las altas copas de los árboles. 
    El noventa por ciento o más de los árboles que conforman este bosque son hayas (fagus sylvatica), sin embargo, también conviven con ellas otras especies, como algún tilo (tilia platyphyllos), ablanos (corylus avellana), acebos - carrascos- (ilex aquifolium), espino albar (crataegus monogyna), saucos (sambucus nigra)..., pero de forma testimonial. En el limite del bosque, también encontramos algún ejemplar de fresno (fraxinus excelsior) y de roble (quercus robur). 
    Por otra parte,  quiero dejar constancia de que a la entrada de la "Cueva el Moro" localizamos una planta  difícil de encontrar en otros parajes de la Sierra L´Aramo, me refiero al rabo de lobo. Orobanche minor (jopo, matalegumbre, espárrago de lobo, hierba tora u orobanca)
    Evidentemente, los paisajes que podemos contemplar nunca nos defraudan. Todos los años, cuando visitamos este extraordinario paraje, en esta época, siempre regresamos con "las pilas cargadas" y con todos las imágenes grabadas en la retina.
    La explosión cromática es tal que podría ser el tema de cualquier poeta o pintor de renombre. Nos gustaría que así fuera, porque, de esta forma, todo el mundo sería testigo de su extraordinaria belleza. 
    Al filtrarse los rayos del sol  entre las hojas de las hayas se produce un espectáculo de luz y color que querríamos guardarlo para siempre como una de las sensaciones más agradables que perciben nuestros sentidos. 
    Es difícil de plasmar en palabras todo lo que vemos y sentimos. La combinación de luces y sombras que se produce al penetrar los rayos del sol a través del follaje es de extraordinaria belleza, acentuada más, si cabe, por el viento, permitiendo el paso de los rayos del sol, o no, al moverse las hojas. 
    Entre las muchas sensaciones que hemos de destacar, está el silencio. Dentro de este precioso bosque, es absoluto, solamente se oye el canto de algún que otro pájaro como el pito real -"picatorneru" - o el ladrido de algún corzo, no a mucha distancia, y por encima de las altas copas, el vuelo majestuoso y a la vez acrobático, de una pareja de "pardones", con sus típicos chillidos. Además, según caminamos, se oye el crujir de las hojas secas y el rumor del viento en las altas copas de las hayas. 
    Seguro que, escondidos en las oquedades o disfrazado como uno de los enormes y retorcidos troncos de las viejas hayas, nos vigila de cerca algún duende que vela porque la pureza de este bosque no se destruya. Esa es la sensación. ¿Esos troncos retorcidos que vemos, podrían ser el disfraz de un "busgosu", que nos vigila y podría cobrar vida en cualquier momento?. ("El Busgosu" es el señor del bosque y de los animales por antonomasia. Un ser mitológico que se encarga de protegerlos y vigilar tanto la flora como la fauna de su entorno. Habita en cuevas, oculto a los ojos de los hombres. Su cuerpo es velludo y asemeja al de los faunos, ya que también tiene cuernos en la cabeza y patas con pezuñas")
    Es tan extraordinario el contorno que nos rodea que, sin darnos cuenta, vamos sacando fotos y más fotos, es imposible no plasmar tanta hermosura. La mata de Sollozán tiene muchos rincones mágicos, si uno es fascinante el otro más.
    Queremos compartir con todos vosotros toda esta belleza y, si fuera posible, trasmitiros todas las sensaciones que percibimos al contemplar este paraíso.
    Al final, para completar la mañana, ascendimos hasta la parte más alta de la mata, donde se estrella con la caliza ("Pena La Carbayosa"), para poder visitar la "Cueva El Moro" a la que antes nos referimos, recordando, así, otra faceta de la historia de Riosa.

En la "seronda"-otoño- las altas copas de estos centenarios ejemplares de hayas en la "Mata de Sollozán" y su luminoso colorido con diferentes tonos ocres, compiten con la belleza  del suelo donde se asienta en el que se entremezclan las hojas muertas, los distintos musgos y helechos, las diferentes variedades de setas, o los grandes bloques  de roca caliza donde hienden sus potentes raíces. Un precioso mosaico que no deja indiferente a nadie que lo contemple:


Espectáculo de luz y color  en la "Mata de fayes de Sollozán":


Ejemplares centenarios de fayes  -hayas- en la "Mata de Sollozán":









Prado y cuadra de Sollozán, antesala de la Mata de fayes de Sollozán:


Prado y cuadra de "Sollozán", antesala de la "Mata de fayes de Sollozán":


Estos grandes ejemplares de fayes, nos dan la bienvenida cuando nos adentramos en la "Mata Sollozán":




Entorno de la "Mata de fayes de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa). En la parte superior, La "llucia" y  la Mata La Carbayosa; en primer plano, prados de "Sollozán":

 
Espectáculo de luz y color:




Prados de "Sollozán", "Mata de Sollozán", "Pena La Carbayosa", "Mata La Carbayosa":


Interior de la Mata de hayas -fayes- de Sollozán, en el Valle de Llamo (Riosa):


 Ejemplar de faya en la mata de hayas -fayes- de "Sollozán", en el Valle de Llamo (Riosa):


Toda una autentica belleza, la copa de este espectacular ejemplar de faya en la "Mata de Sollozán", en el Valle de Llamo (Riosa):


En las zonas más llanas de la "Mata de fayes de Sollozán", hay preciosas alfombras de hojas:


Ejemplar centenario de faya en la "Mata de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa):


Ejemplar de faya en la "Mata de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa):


"Mata de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa):



Entre las hayas podemos encontrar algún ejemplar de acebo -"carrascu" -:


Algunas de las zonas más bellas de la "Mata de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa), la podemos ver en las siguiente fotografías:






"Mata de Sollozán" y "Mata de la Carbayosa", desde los prados de  "Sollozán" en otoño:


Entorno de la "Mata de Fayes de Sollozán":


Al filtrarse los rayos del sol  entre las hojas de las hayas se producen imágenes como esta:




Entorno de la "Mata de fayes de Sollozán", en el Valle de Llamo, por el suroeste:


El perímetro exterior de la "Mata de fayes de Sollozán", en el Valle de Llamo, también es espectacular:


El suelo de la "Mata de fayes de Sollozán", en la seronda  es una preciosa alfombra formada por las hojas caídas:





Entorno de la "Mata de fayes de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa). Antiguo camino de iglesia de La Vega a Llamo, punto de referencia para introducirnos a pocos metros, en dirección Llamo,  en los prados de "Sollozán" - a la derecha -. En la parte superior de estos prados se halla la "Mata de Sollozán":






Entorno de la "Mata de fayes de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa):


Los rayos del sol crean una luminosidad especial en la "Mata de fayes de Sollozán":









En la alfombra de la "Mata de fayes de Sollozán" se mezclan los colores ocres de las hojas y los distintos tonos de verdes del musgo, los helechos y otras plantas:


"Mata de fayes de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa):




Las hayas de "Sollozán" desarrollan potentes raíces  con las que intentan sujetarse al suelo  de piedras de caliza sueltas  que conforman la base de este hermoso bosque:


"Mata de Fayes de Sollozán":






Ejemplares de setas,todo un espectáculo:






Extremo este de la "Mata de fayes de Sollozán", en el Valle de Llamo:


"Mata de Fayes de Sollozán" en el Valle de Llamo (Riosa):







"Mata de Sollozán" (Riosa), en el Valle de Llamo. Alfombra de hojas caídas que cubre el suelo pedregoso de rocas de caliza:


Extraordinaria copa de uno de los ejemplares de faya más destacado de la "Mata de Sollozán" (Riosa), en el Valle de Llamo:


Estas son fotos de una visita a la "Mata de fayes de Sollozán",  en el verano, partiendo del antiguo camino de iglesia 
entre La Vega de Riosa, capital del Concejo y Llamo, a la altura de la cuadra de la finca llamada "La Torna":


A pocos metros siguiendo el camino  en dirección a Llamo, nos introducimos, a la derecha, en los prados de "Sollozán", viéndose a los lejos, la "Mata de fayes de Sollozán", la "Pena la Carbayosa"  y la mata de ese mismo nombre:




Desde el abrevadero de uno de los prados de "Sollozán" podemos ver a los lejos, la "Mata de fayes de Sollozán", la "Pena la Carbayosa", la "Mata la Carbayosa" y el "Cantu los Rebollales":


Entorno de la "Mata de Sollozán" por el oeste y el suroeste:


Los prados de "Sollozán" delimitan la mata de su mismo nombre por el este:



Desde uno de los prados de "Sollozán", podemos ver a los lejos, la "Mata de Fayes de Sollozán", la "Pena la Carbayosa", la "Mata la Carbayosa" y el "Cantu los Rebollales":


Desde uno de los prados de "Sollozán" podemos ver, al oeste, el "Valle del Monte el Fresno":



Estas hayas, con una antigüedad de cientos de años, nos dan su recibimiento al penetrar en la mata desde el este -prados de "Sollozán" -:





Por debajo de las altas copas de los árboles de la "Mata de Sollozán" (Valle de Llamo), hay también otra vida vegetal: - ruscus aculeatus (acebo menor, falso acebo):

 
También, sanalotodo (hipericum androsaemun); falso helecho macho /dryopteris affinis - en Riosa benceyes-); hiedra común (hedera helix); distintas variedades de musgos ...:


Frutos maduros de planta trepadora en la "Mata de Sollozán":


Por debajo de las altas copas de los árboles de la "Mata de Sollozán" (Valle de Llamo), hay también otra vida vegetal: falso helecho macho /dryopteris affinis- en Riosa benceyes-); hiedra común (hedera helix); distintas variedades de musgos ...:


Helecho lengua de ciervo o escolopendra (Asplenium scolopendrium..);Falso helecho macho /dryopteris affinis- en Riosa benceyes-); distintas clases de musgos ...:


En la "Mata de Sollozán" (Valle de Llamo): helecho lengua de ciervo o escolopendra (Asplenium scolopendrium..); falso helecho macho /dryopteris affinis- en Riosa benceyes-); Laureola (laureola daphane); distintas variedades de musgos; amor de hortelano, azotalenguas o lapa (galium aparine):


La "Mata de Sollozán" se caracteriza por la existencia de grandes ejemplares de  hayas, que durante los vendavales sufren  por la fuerza del viento. Es normal ver  algunos  de estos ejemplares arrancados de raíz debido a las características del suelo rocoso en el que se asientan;  o con grandes cañas rotas por su gran volumen que no aguantan el embate del viento:







A pesar de ser verano, el suelo de la "Mata de fayes de Sollozán" aún conserva su alfombra de hojas secas:




En verano, a pesar de que en el exterior pueda haber temperaturas elevadas,  dentro de la mata,  la sensación es agradable, porque las grandes copas de las hayas, impiden el paso de los rayos del sol:







En los troncos muertos, en la "Mata de fayes de Sollazán", también hay vida:




















La "Cueva el Moro", en la parte más alta de la "Mata de fayes de Sollozán" -oeste-. Valle de LLamo (Riosa):


Sobre la "Cueva el Moro" ya existen referencias por parte del ingeniero belga, D. Alfonso Dory, cuando publica la memoria titulada “Las minas antiguas de cobre y cobalto del Aramo” en la Revista Minera, Metalúrgica y de Ingeniería de Madrid (1 de noviembre de 1893), sobre  el descubrimiento de la antiguas Minas Prehistóricas de cobre en Texeo por parte de su compatriota, el también ingeniero, D. Alejandro Van Straalen en  el mes de septiembre del año 1888:




Parte inicial de la "Cueva el Moro", en la zona superior de la "Mata de fayes de Sollozán". Se puede apreciar perfectamente la altura del techo:




Características del techo de la "Cueva el Moro", en la "Mata de Sollozán":


La "Cueva el Moro", no tiene mucha profundidad, su suelo es pendiente, dirección oeste, y consta de dos partes diferenciadas, la primera, en el acceso, con un alto techo y la segunda en la parte final a la que, para acceder, es necesario superar un escalón de unos  dos metros de altura y en la que se pueden apreciar posibles vestigios de investigación minera:







Flora singular a la entrada de la "Cueva El  Moro": rabo de lobo. Orobanche minor (jopo, matalegumbre, espárrago de lobo, hierba tora u orobanca):



En los pequeños valle existentes dentro de la mata encontramos autenticas alfombras de hojas:

 
Algunos troncos y cañas  adoptan formas extrañas:







Esta faya tiene un tronco tan amplio que este hueco formado  a lo largo de muchos años, permite el paso de una persona a través de él:


En uno de los prados de "Sollozán", al este,  se encuentra la fuente de su mismo nombre:



Prados de "Sollozán", al este de la mata de Sollozán. En la parte superior derecha de la foto podemos ver la "Mata la Carbayosa" y el "Cantu Los Rebollales":

 
"Mata de Sollozán" y, en la parte superior derecha de la foto podemos ver la "Mata la Carbayosa":


Cuadra de uno de los prados de "Sollozán", al sureste de la mata:


Cuadra de otro de los prados de "Sollozán", al este de la mata:


Vista de los prados de "Sollozán", con sus cuadras, al sureste, vistos desde el interior de la mata de la mata:




 
Cuadra de la finca "La Torna", al borde del camino de iglesia entre La Vega y Llamo, punto de referencia para introducirnos  en los prados de "Sollozán", en la margen derecha del camino:


"Saltaera" del prado de "La Torna":


Prados de "Sollozán":


"Mata Sollozán", "Pena la Carbayosa", "Mata la Carbayos" y "Cantu Los Rebollales", desde  los prados de "Sollozán":


Acceso a la "Mata de Sollozán", desde los prados de su mismo nombre:




 
Interior "Mata de fayes de Sollozán", en el Valle de LLamo (Riosa):









































¿Este tronco retorcido, no podría ser  el disfraz de un "busgosu", que nos vigila?. El "busgosu" es el señor del bosque y de los animales por antonomasia. Un ser mitológico que se encarga de protegerlos y vigilar tanto la flora como la fauna de su entorno. Habita en cuevas, oculto a los ojos de los hombres. Su cuerpo es velludo y asemeja al de los faunos, ya que también tiene cuernos en la cabeza y patas con pezuñas.
































Daphne laureola, en la Mata de Fayes de Sollozán:










Las raíces de esta faya, parecen las patas de un duende  del bosque o un monstruo que nos vigila y que puede tomar vida en cualquier momento:



Una característica del suelo de este bosque, es el amontonamiento de rocas calizas que dificultan  el paso pero que, a la vez, le dan un aspecto singular al estar cubiertas de diferentes clases de musgos:




Troncos retorcidos  que se han adaptado  perfectamente al espacio rocoso sobre el que se asientan:









 A veces el musgo (mofo), cubre en totalidad los bloques de piedra caliza:


Incluso hay otras pequeñas plantas que se aprovechan del musgo para echar sus raíces:





















































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